Biberones y tetinas

Cuando no sea posible la lactancia materna, administraremos al bebé una leche de inicio o una leche de continuación, según su edad mediante un biberón con su tetina. También lo usaremos para administrar agua o manzanilla. ¿Qué biberón y qué tetina le conviene más al bebé?

Tipos de biberones

Para saber qué biberón es el mejor para nuestro bebé es conveniente saber primero que existen biberones de 100 hasta 350 c.c. y que pueden ser de cristal o de plástico. Biberones de cristal: son los ideales para la primera etapa, ya que se limpian y esterilizan con más facilidad. Biberones de plástico: están fabricados en un material más ligero y si se caen, no se rompen.

Tipos de tetina para biberones

Las tetinas de los biberones están diseñadas imitando la forma y el funcionamiento del pezón. Existen diferencias en la forma, las hay redondeadas y con forma anatómica. En los recién nacidos hasta los 4 meses, las tetinas son de un tamaño mas reducido, más blandas y con un orificio pequeño. A partir de los 4 meses, el orificio es mayor y permite dar las primeras papillas; también existen tetinas con un agujero en forma de estrella para papillas más espesas. El agujero de la tetina debe permitir una salida de la leche en forma de goteo continuo, pero no en forma de chorro, ya que podría provocar atragantamientos.

En cuanto al material de las tetinas, pueden ser de caucho o de silicona. Tetinas de caucho: el caucho es una goma natural muy suave que transmite una sensación al bebé muy similar al pecho de la madre pero con el tiempo se ensancha, se vuelve de un color más oscuro y retiene los olores. Tetinas de silicona: la silicona es artificial, más resistente que el caucho a las esterilizaciones y al calor; es de color blanco transparente; no absorbe olores, pero puede tomar el color de algunos alimentos.

Existen, además, tetinas antihipo que reducen el aire tragado por el niño durante la tetada.

Limpieza y esterilización de los biberones y las tetinas

Es muy importante extremar la higiene de los biberones, tetinas y de todos los utensilios que vayan a estar en contacto con el bebé para evitar su contaminación con gérmenes que pueden provocar, sobre todo, infecciones del aparato digestivo (gastroenteritis).

Después de cada toma debemos lavar el biberón, las tetinas y roscas con abundante agua, jabón y una escobilla. Y, a continuación, procederemos a su esterilización, que puede ser en frío (introduciéndolos en una cubeta con agua y una solución química) o en caliente (hervir 10 minutos, vapor de agua, microondas...). La esterilización se mantendrá los 4-5 primeros meses.

No olvidar el lavado de manos previo a la preparación y manipulación de los biberones.