Leche de cabra

Durante muchos años la leche de cabra fue una de las características diferenciales de la Dieta Mediterránea, además tradicionalmente se les ha dado a los bebés y niños que no podían tomar leche materna y tampoco toleraban la leche de vaca.

A comienzos del siglo XX, por diferentes razones, el consumo de leche de cabra comenzó a disminuir. En la actualidad, y a pesar de los grandes beneficios que tiene, el consumo de ésta leche se emplea sobre todo para la elaboración de derivados lácteos como el queso y en menor medida, yogurt.

Por ello se creó Puleva Cabra, con grandes ventajas nutricionales al ser rica en triglicéridos –fuente de energía y ayudan a disminuir los depósitos de grasa así que favorecen el control del peso- o con mayor proporción de oligosacáridos -con una gran cantidad de efectos saludables como la regulación del sistema inmunitario-.

Además la leche de cabra favorece la absorción de hierro y es de fácil digestión. Puleva Cabra es una alternativa perfecta para los alérgicos a la caseína (proteína predominante en la leche de vaca)