La chirimoya y sus propiedades beneficiosas

Chirimoya

María del Carmen Moreu Burgos, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos. Diplomada en Nutrición

La chirimoya es una fruta tropical de pulpa refrescante y muy aromática, con sabor dulce ligeramente ácido que recuerda a una mezcla de piña y plátano, o al sabor de la pera. Es muy fácil de comer, se parte en dos mitades y se toma la pulpa con una cuchara, evitando las semillas. Procede de un árbol que le da nombre, el chirimoyo.

Es fuente de numerosas propiedades muy beneficiosas para la salud.

 

 

España es el primer productor mundial de chirimoya

La chirimoya (Annona Cherimola Mill), pertenece a la familia de las Anonáceas, genero Annona. El chirimoyo es un árbol de porte pequeño que alcanza hasta unos 8 m de altura, con un corto tronco y una copa amplia más o menos redondeada. Cuenta con ramificaciones bajas que forman faldones, con un sistema radicular superficial y ramificado y con hojas ovales, en disposición alterna, recubiertas por el envés de una pelosidad aparente.

Sus flores aparecen solitarias o agrupadas en número de 2-3. El fruto, la chirimoya, es una baya de color verde, de pulpa blanquecina con numerosas semillas de color negro, ovoides y brillantes.

 

Historia de la chirimoya

Es originaria de Sudamérica, más concretamente de la zona andina limítrofe entre Ecuador y Perú, donde crece en altitudes comprendida entre 1400 y 2000 metros. No obstante, algunos historiadores también incluyen las zonas andinas de Chile y Colombia como lugar de origen de esta fruta.

Posteriormente, tras el descubrimiento de América, fue introducida en Oriente, vía África, por los primeros navegantes españoles. Éstos cuando la descubrieron en América la denominaron "manjar blanco".

Aunque es propia de Sudamérica, chirimoya también se cultiva en Europa, principalmente, en la costa de Granada, en los municipios de Almuñécar, Jete, Otivar y Salobreña. Se tiene constancia de su existencia en la costa granadina hace más de 400 años, pero su cultivo propiamente dicho comenzó hacia los años 40 del pasado siglo XX.

Los principales productores son Argentina, Perú, Australia, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Israel, Sudáfrica, España y Taiwán. En la actualidad, España es el primer productor mundial de chirimoya con un 80% del total, convirtiéndose en un cultivo bastante rentable, donde toda la producción está destinada al mercado nacional, ya que es una fruta muy delicada, que presenta una escasa resistencia al transporte.

La expansión de esta fruta está muy limitada debido a un reducido número de variedades comerciales y a que la producción se concentra sólo en determinadas fechas. Otra razón de su escasa difusión se debe a sus estrictas exigencias edafoclimáticas -suelo/clima-.

 

Variedades cultivadas de chirimoyas  

En España está muy restringido el número de variedades, destacando Fino de Jete (90%) y Campas, Pacica y Bonita, en menor proporción.

Las variedades de mayor cultivo proceden de híbridos, entre las que podemos incluir:

 Chirimoya Umbonata: con forma de piña, tamaño medio, piel fina, pulpa sabrosa, con muchas semillas.

● Chirimoya Tuberculata: tamaño medio, forma globosa, y piel verde oscura.

● Chirimoya Mammillata: buen tamaño, piel lisa, jugosa, sabrosa y aromática.

● Chirimoya Impresa: gran tamaño, forma conoide o subglobosa, de piel tersa y cubierta de hoyos que parecen las huellas de un reptil.

 

Valor nutricional y propiedades de la chirimoya

 El componente mayoritario de esta fruta es el agua (73,5 ml por 100 g de porción comestible).

La chirimoya también destaca por su aporte en hidratos de carbono (20% de su peso), fundamentalmente azúcares simples como la fructosa y glucosa (en torno al 11%) y sacarosa (alrededor del 9%). Dado su alto contenido en azúcares, su aporte calórico es entre moderado y alto, proporciona 81 Kcal por 100 g de porción comestible.

Esta fruta subtropical es pobre en grasa y proteínas. Tiene la peculiaridad de contar con una gran cantidad de ácido fosfórico que, fluctúa alrededor de un 14%, lo cual eleva notablemente su valor nutritivo, constituyendo un alimento fosfatado natural.

Aporta otros minerales como calcio (30 mg por 100 g de porción comestible), potasio (264 mg por 100 g de porción comestible) y hierro (0,4 mg por 100 g de porción comestible.

Su aporte de fibra (1,9 g por 100 g de porción comestible) mejora el tránsito intestinal y beneficia a múltiples enfermedades y alteraciones.

Tiene un gran valor vitamínico en las del grupo B (ninguna fruta fresca posee tan alto contenido de vitaminas B1, B2 y B6), también es fuente de vitamina C y de pequeñas cantidades de vitamina A.

 

Los beneficios de la chirimoya

La chirimoya se puede considerar como una fruta agraciada desde un punto de vista dietético y nutricional. Además, por su aroma, sabor y color blanco puro, nos da garantía de lo higiénica que es. No necesita de ningún tratamiento culinario para ser consumida, ya que se come tal cual.

- A veces, en personas que padecen estreñimiento y consumen esta fruta por primera vez, aparecen alteraciones intestinales. En estos casos, el individuo suele dejar inmediatamente de tomarla al creer que le sienta mal, y lo que realmente está haciendo la chirimoya es ayudar a corregir su problema intestinal. Esta reacción intestinal se intensifica si se consume la chirimoya en el postre tras una comida muy copiosa.

- Posee en su composición poderosas enzimas que autodigieren la pulpa, incluso sin la necesidad de jugos y enzimas corporales, por ello es una fruta de fácil digestión lo que la hace muy aconsejable en personas débiles, convalecientes, ancianos, en dispepsias y muy especialmente en niños y embarazadas.

- Tiene efecto saciante y regulador del nivel de glucosa en sangre, ya que la fibra que posee, ejerce influencia intestinal y dilata en el tiempo la asimilación de los azúcares. Por ello si tomamos chirimoyas, tardaremos más tiempo en sentir hambre.

- También su contenido en fibra le confiere propiedades laxantes.

- Al ser pobre en grasas y tener una fibra con un efecto intestinal muy beneficioso (arrastra el colesterol malo y absorbe al mismo tiempo ácidos biliares y regula la flora intestinal), reduce los niveles de colesterol.

- En pediatría tiene aplicaciones dietéticas (en forma de purés o zumos) debido a su contenido en minerales (calcio, fósforo, hierro), vitaminas (grupo B , C, A), proteínas y azúcares. Por ello es muy aconsejable en niños en época de crecimiento o en caso de enfermedades crónicas.

- Por su contenido en vitamina C facilita la curación de numerosas enfermedades reumáticas, artríticas, digestivas (enteritis y gastritis), además de ejercer acción antioxidante y ser muy útil para combatir resfriados. Esta vitamina, a su vez, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción de hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.

- Al ser esta fruta fuente de vitamina A y C tiene efecto antioxidante, importante aliado en el mantenimiento de juventud y belleza.

- Paradójicamente, la chirimoya es recomendable también en dietas de adelgazamiento, pues tiene un efecto saciante y regulador del nivel de glucosa en sangre por la fibra que posee, la cual ejerce influencia como laxante intestinal a la vez que dilata en el tiempo la asimilación de los azúcares. No obstante, en estos casos es aconsejable tomar frutas de pequeño tamaño.

- Por su bajo aporte en sodio, riqueza en potasio y poca grasa es aconsejable para personas con hipertensión arterial o alteraciones cardiacas o de vasos sanguíneos.

- Al ser fuente de potasio deben tener cuidado las personas con insuficiencia renal, pero por otro lado, será beneficioso para los que tomen diuréticos que eliminen potasio.

- Los elementos minerales de la chirimoya, la hacen de gran utilidad para coadyuvar en los procesos de recuperación de un sinnúmero de dolencias. Así, aporta hierro, por lo que es adecuada para personas con anemia; calcio, el cual es de ayuda para personas con descalcificación u osteoporosis y fósforo, que contribuye a reforzar la memoria de estudiantes y ancianos.

- Posee acción tónica impidiendo así decaimiento y la fatiga, evitando depresiones.

- A esta fruta se le atribuye también una acción equilibradora del sistema nervioso, por lo que constituiría un excelente ansiolítico y tranquilizante, muy adecuado para el tratamiento de personas compulsivas.

- Por último, cabe destacar que algunos productos extraídos de las semillas de la chirimoya han sido aplicados con éxito en investigaciones para el tratamiento de piojos, disentería, cefalalgias (dolores de cabeza), gota y cálculos.

 

Un consumo sano

 La mejor forma de comer la chirimoya es consumiéndola sola, ya que se trata de una fruta completa en sí misma desde el punto de vista digestivo; tiene efecto saciante y es reguladora del nivel de glucosa en sangre, lo que hace posible no pasar hambre haciendo un desayuno, una merienda e incluso una cena comiendo sólo una chirimoya.

No es recomendable tomarla de postre tras una comida copiosa, ya que se produce un efecto de reacción intestinal más uno bioeléctrico en el estómago (originado por la riqueza en azúcares de esta fruta), activándose un exceso de peristaltismo intestinal, gases y molestias que pueden resultar incomodas.

 

¿Qué debo saber antes de comprar una chirimoya?

En el mercado las podemos encontrar a granel o envasadas. En ambos casos tenemos que fijarnos que no estén partidas y que desprendan un olor fresco, con un ligero toque a nuez. La calidad de las envasadas lo indica el color de la etiqueta, así podemos diferenciar:

- Chirimoya de etiqueta roja - calidad superior

- Chirimoya de etiqueta verde - buena calidad

- Chirimoya de etiqueta amarilla - calidad inferior

 

Saber más sobre chirimoya

- Es deliciosa como fruta fresca. Es fácil de consumir, basta con partirla por la mitad y comer su pulpa con una cucharilla. Es necesario tener cuidado con las semillas en el caso de que se la demos a los niños. Presenta un inconveniente: se pone la pulpa negra al contacto con el aire. Para evitarlo, debemos rociarla con zumo de lima o limón.

- Se puede usar como materia prima para elaborar helados, batidos y mermeladas.

- Las debemos consumir cuando estén completamente maduras, que es cuando el color de la cáscara pasa de verde claro a verde oscuro o amarillento.

- ¿Cómo las conservamos en casa? Esta fruta no se conserva durante mucho tiempo y requiere de una manipulación muy cuidadosa. Su piel es muy sensible al tacto y ennegrece fácilmente, aunque se puede consumir pese a que adquiera dicha coloración oscura y ceda ligeramente al presionarla. Hay que evitar guardarlas en la nevera, pues se interrumpe su maduración, por lo que si se quieren comer frías, las meteremos en la nevera el momento justo antes de su consumo.

 

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