1. Un accidente frecuente

La ingestión de productos tóxicos constituye un accidente muy frecuente en la etapa infantil. El niño imita al adulto y por ello puede ingerir medicinas.

En ocasiones comete un error fatal al confundir el envase de un producto y llevárselo a la boca.

También el gran espíritu de curiosidad, conocer las cosas, probarlas, puede ocasionarle la ingestión de un producto tóxico.

Como regla de oro debemos evitar el tener al alcance de su mano aquellos productos que puedan ocasionar un cuadro de intoxicación.

2. ¿Qué entendemos por tóxico?

Entendemos por tóxico aquella sustancia que es capaz de lesionar al organismo tanto de forma inmediata o bien a largo plazo una vez que se ingiere, se inhala o bien se introduce vía parenteral.

3. Factores que intervienen en el accidente

Son varios los factores que se relacionan con el accidente tóxico, directa o indirectamente.

• La edad juega un papel importante, en la distribución de casos y en la actuación que hay que seguir.

La mayor incidencia ocurre entre los niños de 1 a 3 años, con pico a los dos años.

• La proporción niño - niña, es de dos niños por una niña.
• La ingestión del tóxico suele ser estacional, en invierno medicamentos y en verano plantas.
• Los lugares más frecuentes suelen ser la cocina, el baño y la sala de estar.
• Hay un predominio de ingestión de productos de uso doméstico, productos de limpieza, quitamanchas, cáusticos, derivados del petróleo.

Estos productos representan la mitad de los casos de intoxicación en la infancia. Un tercio se debe a los medicamentos y el resto por otro tipo de agentes como las plantas animales, etc.

Es de vital importancia para la prevención el tomar conciencia de que puede pasarnos, aunque aparentemente hayamos tomado las medidas necesarias.

La vigilancia del niño, no dejar a su alcance tóxicos y corregir alguna de nuestras costumbres, como el tomar un medicamento delante de un niño, pueden ser muy útiles.

4. ¿Qué hacer si ha ingerido un tóxico?

Como anteriormente hemos visto los productos de limpieza ocupan la mitad de los casos de intoxicaciones en los niños.

Si sospechamos que el niño ha ingerido un tóxico hemos de proceder con rapidez pero con calma.

En primer lugar hay que identificar la sustancia ingerida, posiblemente cerca encontremos el recipiente en donde se encontraba el tóxico.

Asegurarse de que realmente esta sustancia haya sido ingerida y si es posible estimar en qué cantidad.

Saber el tiempo transcurrido desde la ingestión es importante para la actitud terapéutica.

Los síntomas y el inicio de los mismos varía en función de la sustancia ingerida, su toxicidad y la cantidad de la misma.

5. Productos de más frecuente ingestión

Hay productos de baja toxicidad de ingestión accidental frecuente como:

• - Aditivos de peceras
• Arcilla
• -Baterías (secas)
• Bolsitas para aromatizar la ropa
• Champú
• Deshumidificantes
• Detergentes (anionicos)
• Jabón de barra
• Jabón espumoso para el baño
• Algunos tipos de lápices (con designación AP, Cp o CS 130-46)
• Lápiz de labios o de ojos
• Lociones y cremas de manos
• Lociones y cremas de afeitar
• Masilla
• Dentífricos
• Tinta (azul, negra, roja)
• Tiza
• Velas

Son peligrosos si se ingieren en cantidad:

• Bronceadores
• Cerillas (sobre las 20)
• Colonias
• Desodorantes
• Lociones para después del afeitado
• Lociones corporales
• Perfumes
• Rotuladores indelebles
• Suavizantes para la ropa
• - Tónicos para el cabello

Son muy peligrosos:

• Los ácidos fuertes como los abrasivos WC, dexosidantes para metales, electrolitos para la bacteria, antioxidantes.
• Las bases como: desatascadores de los fregaderos, decapantes para el horno y detergentes para el lavavajillas, detergentes para el suelo, desoxidantes para pintura, la cal viva.
• Los oxidantes como la lejía, el agua oxigenada, los agentes blanqueantes.
• Y otros como: aldehídos, fenoles, metales, petróleos y derivados, quitamanchas, antipolillas, anticongelantes, alcohol etílico y de quemar, insecticidas y medicamentos.

Esta relación es una muestra, no exhaustiva, de los productos frecuentes en casi todos los hogares y a los que habitualmente no les prestamos mayor atención, pero en manos de un niño pueden ser terribles.

Si el agente causante es de los considerados como leves, el cuadro clínico inicialmente, tras la ingestión del tóxico, produce irritación de la mucosa digestiva ocasionando vómitos, nausea y diarrea, dolor abdominal.

Si la intoxicación es grave provocará intensos dolores, vómitos, hemorragias, debilidad, agitación, confusión, dificultad respiratoria y convulsiones.

Puede haber fiebre alta y llegar a ser mortal, cuando es por cáusticos en 48-72 horas.

La actuación siempre será la de conseguir ayuda médica lo más rápidamente posible y el traslado del enfermo al hospital si esta pudiera demorarse.

6. Informarnos antes de actuar

Existen maniobras que, aunque apliquemos con buena intención pueden potenciar el daño del tóxico y dependen de la naturaleza del mismo. Estas maniobras que no debemos realizar sin información médica previa son:

• La administración de líquido, leche o fármacos
• La inducción del vomito
• Cualquier tentativa de neutralización

Lo mejor es ponerse en contacto con el CENTRO NACIONAL DE INFORMACIÓN TOXICOLOGÍCA, cuyo teléfono es: 91 562 04 20