Parto distócico

Parto distócico

Dr. D. Nicolás Mendoza Ladrón de Guevara . Clínica Margen. Universidad de Granada - Grupo de Trabajo del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada

Parto distócico

El curso del parto puede complicarse por una desproporción entre la cabeza del bebé y la pelvis materna, problemas anatómicos en útero, o alteración de las contracciones uterinas. para minimizar los riesgos es importante un seguimiento y control del embarazo a fin de prever estas posibles complicaciones.

1. Definición de distocia

Entendemos como distocia a cualquier dificultad de origen fetal o materno en el progreso normal de un parto. El parto normal (parto eutócico) se caracteriza por la secuencia ordenada de una serie de fenómenos naturales: contracciones uterinas rítmicas y coordinadas, modificación y dilatación del cuello uterino, más descenso del feto a través del canal del parto.

Un retraso, estorbo o limitación en cualquiera de estas etapas hace que el parto se prolongue en exceso, que requiera de la intervención médica y que ponga en riesgo la salud materna o fetal.

Las distocias pueden tener un origen materno, fetal o de los anejos fetales (placenta, cordón umbilical o líquido amniótico).

2. Distocias maternas

El origen de las distocias maternas puede ser mecánico o dinámico, nos permite clasificarlas según su origen, y también concretar la actitud del médico obstetra adecuada en cada caso.

Por tanto, a grandes rasgos, podemos distinguir:

  1. Distocias mecánicas: Pueden ser de dos tipos:
    • Distocias óseas: el impedimento está en la disposición de los huesos de la pelvis de modo que la cabeza del bebé no tiene suficiente espacio en su camino de salida por culpa de los huesos de la pelvis de la madre
    • Distocias de las partes blandas: el impedimento se encuentra dentro del propio útero o canal del parto
  2. Distocias dinámicas: cuando existe una alteración de la contractilidad uterina.

    Dentro de las distocias mecánicas merecen explicación aparte las distocias óseas. Están provocadas por malformacionesde la forma de los huesos de la pelvis que reducen las dimensiones de la pelvis materna y dificultan el descenso del feto.

    Existen diversas clasificaciones de las distocias óseas, aunque en nuestro medio la mayor parte de las veces son secundarias a fracturas, generalmente por accidentes de tráfico

    La existencia de una anomalía pélvica, no indica necesariamente que el parto vaginal sea imposible, por lo que es preferible hablar de desproporción céfalopélvica que es un término usado con frecuencia en la clínica y referido cuando el obstetra ha decidido hacer una cesárea.

    En la desproporción cefalopélvica existe una discordancia entre el tamaño de la pelvis materna y el de la cabeza del feto. Esta puede ocurrir por tres posibles razones:

    1. Los diámetros de la pelvis sean reducidos
    2. La cabeza fetal sea muy grande ó
    3. Existen deflexiones o malas presentaciones fetales que impidan el encajamiento adecuado de la cabeza.

2.1. Distocias óseas

Dentro de las distocias mecánicas merecen explicación aparte las diistocias óseas.

Están provocadas por malformacionesde la forma de los huesos de la pelvis que reducen las dimensiones de la pelvis materna y dificultan el descenso del feto.

Existen diversas clasificaciones de las distocias óseas, aunque en nuestro medio la mayor parte de las veces son secundarias a fracturas, generalmente por accidentes de tráfico.

La existencia de una anomalía pélvica, no indica necesariamente que el parto vaginal sea imposible, por lo que es preferible hablar de desproporción céfalopélvi­ca que es un término usado con frecuencia en la clínica y referido cuando el obstetra ha decidido hacer una cesárea.

En la desproporción cefalopélvica existe una discordancia entre el tamaño de la pelvis materna y el de la cabeza del feto. Esta puede ocurrir por tres posibles razones:

  1. Los diámetros de la pelvis sean reducidos.
  2. La cabeza fetal sea muy grande ó
  3. Existen deflexiones o malas presentaciones fetales que impidan el encajamiento adecuado de la cabeza.

Aunque actualmente no es demasiado habitual su uso, la radiopelvimetría (radiografía de la pelvis en el momento del parto), ha sido uno de los procedimientos clásicos para hacer el diagnóstico de las desproporciones durante el parto.

2.1.1. ¿Cómo se diagnostica una desproporción cefalopélvica?

Lo que interesa sobre todo es conocer si exis­te una estrechez pélvica que recomiende la cesárea, pero es situaciones donde el diagnóstico no esté muy claro, se puede realizar una prueba de parto, siempre que además concurran las siguientes condiciones:

  • presentación cefálica,
  • ausencia de otros factores no mecánicos,
  • dilatación superior a 4 cm.,
  • contracciones uterinas efectivas,
  • bolsa amniótica rota,
  • vejiga urinaria vacía
  • frecuencia cardiaca fetal normal.

En estas circunstancias, podemos esperar nuevamente de 1 a 2 horas antes de realizar una cesárea.

2.2. Distocias de las partes blandas

Se incluyen en este grupo las anomalías anatómicas no óseas que dificultan la evolución nor­mal de un parto.

Pueden estar provocadas por cicatrices o edemas en el cuello del útero o en la vagina, procesos inflamatorios o tumores (miomas, tumores del ovario o del recto).

Cuando se observe alguna anomalía de estas, el obstetra, en la manera de lo posible, tratará su causa o planteará una cesárea electiva si es imposible el parto por vía vaginal.

2.3. Distocias dinámicas

Las distocias dinámicas son aquéllas producidas por la existencia de una actividad uterina defectuosa, ineficaz o inapropiada para conseguir la dilatación cervical o el descenso del feto. Sin embargo, cabe destacar que no se puede hablar de distocias dinámicas sin valorar antes el resto de parámetros que pueden alterar el progreso del parto.

Muchas son secundarias a una desproporción cefalopélvica, a la existencia de distocias blandas o al tamaño y posición fetal.

Las distocias dinámicas se clasifican en:

  • Hipodinamias: contracciones débiles o poco frecuentes
  • Hiperdinamias: contracciones fuertes o muy frecuentes
  • Incoordinaciones uterinas: contracciones no rítmicas

2.3.1. ¿Como saber si las contracciones son efectivas?

Existen una serie de parámetros que se miden en un registro tocográfico y nos informan de la idoneidad de las contracciones del útero en el momento del parto. En la dinámica uterina (contracciones) valoramos los siguientes parámetros:

  • Frecuencia: número de contracciones en un periodo de 10 minutos. La normalidad está en 3-5 contracciones cada 10 minutos.
  • Intensidad: diferencia que existe entre la presión basal (medida en mmHg) hasta el punto más alto de la contracción. La normalidad está entre 30 y 50 mmHg.
  • Duración: tiempo transcurrido desde que se inicia la contracción hasta que recupera el tono basal existente antes de su inicio. La normalidad está entre 30 y 90 segundos.
  • Tono basal: presión intrauterina existente en un útero no contraído. Oscila entre 8 y 12 mmHg.

Las contracciones uterinas pueden evaluarse mediante la palpación manual, aunque en nuestro medio es preferible hacerlo mediante el uso de instrumentos médicos, en concreto de la Tocografía (lo que en contexto popular se denomina "las correas").

Y además...
Bienestar para ti, comprometidos con el planeta

Promovemos el packaging responsable y la economía circular

Descubre nuestros compromisos con la promoción del packaging responsable, aprende más acerca de nuestros envases, revisa dónde se recicla tu envase y sabe más sobre nuestro camino para mejorar nuestros envases.

Sabías que...

Un sencillo gesto puede ayudarte a conseguir el extra de vitamina D que ayuda a tus defensas

Un solo vaso de leche puede marcar la diferencia en nuestra dieta diaria, ayudándonos fácilmente a alcanzar las ingestas recomendadas. Con un solo vaso de leche adaptada enriquecida en el desayuno podemos cubrir hasta el 75% de la Cantidad Diaria Recomendada de vitamina D.

Ver más

Las leches enriquecidas son un buen aliado para combatir y prevenir el déficit de vitamina D