
Trucos para que los niños coman verduras
La verdura es una de las fuentes de mayor peso en la alimentación de los niños.Nos puede resultar paradójico que, siendo España un país de gran riqueza en la producción de verduras y hortalizas, las encuestas en salud pública pongan de manifiesto que nuestros niños presentan déficit en la ingesta de las mismas. Las verduras, pese a ser rechazadas por ellos, nunca deben faltar en su dieta al tener altas cantidades de nutrientes (vitaminas, minerales) y pocas calorías. Existen importantes riesgo para la salud derivados de un déficit a la hora de comer verduras en nuestros hijos.
Valor nutricional de las verduras
Las hortalizas y verduras son una fuente esencial de vitaminas variadas (A, C y B9 o ácido fólico), sales minerales (magnesio, potasio, calcio, sodio y hierro), fibra y elementos antioxidantes, esenciales en la dieta tanto de niños como de adultos. Las consecuencias derivadas de una deficiencia mantenida en el consumo de verduras (y consecuentemente de los nutrientes que ellas contienen) puede tener una relación directa con la aparición y desarrollo de algunas de las enfermedades de mayor actualidad en la población adulta como son la aterosclerosis, colon irritable, diverticulitis, anemia, osteoporosis, cáncer, etc.
Cuando pueden tomar verduras los bebés
Los investigadores han demostrado que los hábitos dietarios se establecen en los primeros años de vida. Entre los 5 y los 6 meses de nuestro bebé, se puede empezar a añadir las verduras (la zanahoria, la judía verde, la patata). Se deben hacer hervidas y trituradas, dárselas poco a poco y sólo de un tipo cada vez que las introduzcamos por primera vez, ya que así, si el niño manifiesta alguna reacción alérgica, sabremos de inmediato cual la produce. Alrededor del octavo mes podemos introducir el tomate, siempre hervido sin piel ni semillas. De los 10 a los 12 meses le podemos dar las verduras cocidas, pero sin triturar. De los 12 a los 18 meses es el momento de introducirlos en el mundo de las ensaladas crudas, teniendo la precaución de dárselas en pequeñas cantidades y en trozos muy pequeños. Las verduras consideradas flatulentas (familia de las alcachofas y las coles) es mejor introducirlas a partir de los 15 meses. Hoy en día existen numerosos trucos y recetas para que los niños coman verduras.
Los beneficios de comer verduras tanto para los niños como para los adultos es un factor determinante a la hora de elaborar nuestras pautas y conductas alimentarias. La tarea más dura en estos casos es lograr trucos para que los niños coman verduras de manera regular durante su crecimiento.
Consejos y recomendaciones para que tus hijos coman verdura
1. La paciencia ante todo. Debemos introducirlas poco a poco y ser pacientes al principio si las rechazan. La clave fundamental para conseguir que nuestros niños coman verduras es no forzarlos nunca, ni retarlos, ni ponerles castigos, ya que si no crearán un rechazo psicológico a las verduras y una mala asociación del sabor y la comida. La constancia y una buena educación en alimentación son muy importantes para llevar una dieta equilibrada en cualquier etapa de la vida.
2. Intentarlo una y otra vez. Las verduras presentan multitud de sabores que los niños aprenden a descubrir cada vez que prueban algo nuevo. Normalmente no tenemos la suerte de que les gusten a la primera, así que habrá muchas ocasiones en las que necesitarán intentarlo más de una vez. Pero hazle comprender que al menos tiene que intentarlo con un bocado. Finalmente, aunque rechace la comida varias veces, si se le va cambiando la verdura y la forma de cocinarla, terminará probándola y acostumbrándose.
3. ¡Está riquísima!, ¡qué buena! No debemos martillearles con lo buenas que son para la salud y lo importante que es comerlas. Debemos animarlos haciendo énfasis con expresiones como: ¡están buenísimas!, ¡son deliciosas!, ¡Uhm, qué rico está! o ¡estaba deseando comer espinacas!
4. Predicar con el ejemplo. Los niños tienden a copiar lo que ven de sus padres, luego debemos poner en nuestros platos las mismas verduras que les demos a ellos, para que así se sientan importantes al comer lo mismo que los mayores.
5. Jugando con ellos. Podemos llevarlos a la compra con nosotros para que sean ellos mismos los que elijan las verduras que deseen. Una vez en casa, podemos animarles a que la dibujen y a que busquen información sobre ella en Internet. Se les puede pedir también que nos ayuden en la elaboración del plato, bien ordenando las verduras en la ensalada como ellos quieran o calentando ellos mismos los platos en el microondas.
6. ¡Hoy decides tú! En la comida o en la cena le puedes dar a elegir entre dos verduras que tengas preparadas. Así conseguirás que el niño sienta que su opinión cuenta, además de obtener una buena pista para saber qué es lo que más le gusta y poder así introducirle nuevas recetas. Podemos mezclar vegetales que sepamos que les gustan con otros nuevos para poder ir introduciendo nuevas verduras en su alimentación.
7. Añadir verduras a comidas que le gustan. Nuestros niños tienen platos favoritos (lasaña, macarrones, pizza, etc.) donde puede ser fácil camuflar las verduras, basta con partirlas muy pequeñas y mezclarlas con las salsas.
8. En la nevera. Es importante que el niño tenga las verduras a la vista para que se familiarice con ellas. La mejor forma de conseguirlo es ponerlas en el contenedor transparente del frigorífico; donde los vivos colores, por ejemplo, de las zanahorias, tomates o pimientos, pueden llamar su atención.
9. Color, olor y textura. A veces el color y sabor de algunas verduras no resultan muy agradables para los niños, siendo más atractivas comerlas crudas que cocinadas. De esta manera no sólo presentan mejor sabor, sino que además su textura será más crujiente y presentará mayor aceptación por parte de los más pequeños. Debemos también evitar los olores fuertes y los colores pardos. Para conseguir que tengan mejor sabor, les podemos servir las verduras con salsas (mayonesa, bechamel) y aderezos.
10. Los purés. Éste es un plato indispensable y universal en la alimentación infantil. Tanto su composición, equilibrio de sus nutrientes y su digestibilidad hacen de él un plato ideal para el crecimiento y desarrollo del niño. Esta forma de cocinar las verduras es muy adecuada para ellos, además de darnos la posibilidad de introducirlas en gran variedad. Cuando se los elaboremos debemos de tener la precaución de triturarlos bien para que no tengan "cosas redondas y misteriosas" que les hagan sospechar que hay verduras y rechacen la comida.
Es importante a la hora de comer verduras, tratar de dárselas todo el año, se puede recurrir a las congeladas y a las conservas cuando sea difícil conseguir las de temporada. Los padres debemos pedir que las verduras sean servidas en los comedores y actividades de la escuela. Normalmente, cuando los niños están con sus compañeros de clase se animan más y prueban comidas y alimentos que en su casa no serían capaces de probar.
¿Cómo conservar todas sus propiedades? Con objeto de que las verduras conserven todas sus propiedades, a la hora de preparárselas debemos cocerlas en la mínima cantidad de agua, aprovechar el agua de su cocción y sólo cocinar la cantidad que vayamos a consumir ya que el recalentamiento supone una pérdida de propiedades.

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