
La osteoporosis
FHOEMO (Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas).
La osteoporosis es la reducción cuantitativa del tejido óseo. Sus consecuencias son de tal magnitud que constituyen un grave problema sanitario por su enorme repercusión socio-económica. Su prevención se basa en un adecuado consumo de calcio, fundamentalmente desde el nacimiento hasta los 30 años, que es cuando se adquiere la mayoría de nuestro capital óseo.
La osteoporosis es una enfermedad que consiste en una disminución progresiva de la masa ósea. Esto hace que la fortaleza del hueso disminuya y que pueda llegar a romperse por pequeños traumas e incluso de manera espontánea. Es una enfermedad que se genera lentamente y que puede desarrollarse sin síntomas, hasta que aparecen microfracturas que producen incapacidad, dolores y fracturas.
¿Quién padece esta enfermedad?
El 80% de las personas que padecen oesteoporosis son mujeres, esto es, afecta más a las mujeres que a los hombres. Se calcula que una de cada tres mujeres posmenopaúsicas padecerá osteoporosis. La osteoporosis posmenopaúsica es la que ocurre en los años posteriores al cese de regla en la mujer. Durante los diez años siguientes a la menopausia, la mujer pierde el 50% de su masa ósea debido al cese de la actuación de los estrógenos circulantes que protegían al hueso de la pérdida de masa.
Se calcula que aproximadamente 200 millones de mujeres sufren osteoporosis en el mundo. En Europa y en Estados Unidos, una tercera parte de las mujeres de más de 50 años de edad sufrirán una fractura relacionada con la osteoporosis en algún momento de su vida. En España la padecen más de tres millones de mujeres y es la causante de 500.000 fracturas de hueso al año. Solamente 300.000 mujeres están recibiendo tratamiento.
El aumento de la esperanza de vida hace crecer el número de mujeres que llegará a la menopausia, con el consiguiente aumento de las que padecerán osteoporosis. Puesto que la menopausia favorece la pérdida de calcio en el hueso, es fundamental llegar a esta edad con unos huesos fuertes y bien mineralizados.
Principales factores de riesgo de la osteoporosis
– Menopausia. La menopausia es uno de los actores de riesgo para la presencia de osteoporosis. El desequilibrio hormonal provocado por la menopausia puede provocar una rápida pérdida de hueso.
– Baja masa ósea.
– Historial familiar de osteoporosis.
– Origen caucásico o asiático. Las razas amarilla y blanca tienen menor masa ósea que la raza negra y, por lo tanto, mayor posibilidad de padecer la enfermedad.
– Constitución física delgada o pequeña.
– Alcohol, café y tabaco. El consumo excesivo de alcohol, café y cigarrillos son factores que aumentan el riesgo de padecer osteoporosis.
– Poco ejercicio físico.
– Insuficiente ingestión de calcio.
– Uso de ciertos medicamentos, como las terapias de larga duración con esteroides o menopausia a una edad temprana (antes de los 45 años).
No obstante, es posible que una mujer no tenga ninguno de estos factores de riesgo y, aun así, padezca osteoporosis.
Diagnóstico de la osteoporosis
A pesar de la disponibilidad de medios precisos de diagnóstico y de tratamientos eficaces, a muchas personas que tienen un alto riesgo de padecer osteoporosis no se les diagnostica esta enfermedad. En la mayor parte de los países europeos se utiliza poco la prueba de Densidad Mineral Ósea (DMO).
Aunque una prueba de rayos X normal puede detectar la presencia de osteoporosis, no puede, sin embargo, detectarla hasta que al menos un 30% de hueso ya se ha perdido y la enfermedad está avanzada. Es por esto que el único método fiable para evaluar el riesgo de futuras fracturas en una persona es la medición de la Densidad Mineral Ósea.
Existen pruebas rápidas, indoloras y no invasivas para medir la DMO. En los estudios realizados se ha puesto de manifiesto que la relación existente entre una baja DMO y el riesgo de padecer una fractura ósea es incluso más acusada que la existente entre unos altos niveles de colesterol y las enfermedades coronarias o la que hay entre la hipertensión y los ataques de apoplejía.
Entre los motivos que influyen en la escasa práctica de la prueba DMO están la baja disponibilidad de densitómetros, las restricciones en cuanto al número del personal que puede practicar un escáner, el bajo nivel de conciencia respecto de la utilidad de la DMO y, en muchos países, el bajo o inexistente reembolso de gastos médicos. No obstante, la actualización de los datos médicos del paciente, la búsqueda de factores de riesgo, especialmente la historia de fractura, y la exploración del paciente son suficientes datos para sospechar la existencia de osteoporosis.
El cumplimiento del tratamiento, un valor esencial
La ciencia avanza a un ritmo vertiginoso y pone a disposición de los enfermos tratamientos cada día más innovadores, cuyo objetivo es mejorar su calidad de vida. Tratamientos de acción más rápida contra la enfermedad, cuya eficacia ha sido sobradamente demostrada y que permiten dosificaciones tan sencillas como un único comprimido a la semana, están o van a estar en poco tiempo a disposición de los pacientes españoles. Sin embargo, el cumplimiento de los tratamientos, sobre todo cuando se habla de enfermedades crónicas, sigue siendo uno de los principales caballos de batalla de médicos y pacientes.
Es más, del incumplimiento se deriva la ineficacia de los tratamientos. Así, los abandonos en el tratamiento implican no sólo una menor eficacia terapéutica en el paciente (entre un 10-25% de los ingresos hospitalarios se deben a incumplimiento), sino también el empeoramiento de la relación médico-paciente, la falta de mejoría y la falta de control periódico sobre la enfermedad.
Prevención a la osteoporosis
Tomando como referencia las campañas en la prevención de la osteoporosis, su énfasis se centra en la necesidad de ingerir leche y sus derivados en todas las etapas de la vida.
Es necesario asegurar una ingesta de calcio que permita obtener la masa ósea máxima, programada genéticamente, durante los años de crecimiento. Cubriendo las raciones recomendadas en todas las edades, pero con atención especial a las ingestas durante la niñez y hasta los 30 años. A partir de esta edad será necesario mantener la ingesta adecuada de calcio para minimizar las perdidas óseas.
El aporte adecuado de calcio debe complementarse con un estilo de vida en el que tenga cabida la práctica regular de ejercicio físico, una prudente exposición al sol (necesaria para la síntesis de Vitamina D) y un abandono del consumo de tabaco, alcohol y cafeína, que tienen un efecto negativo en la remodelación ósea.
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¿Qué es el pico de masa ósea? El capital óseo se adquiere desde el nacimiento hasta los 25-30 años aproximadamente. En esta edad tendremos lo que se llama "pico de masa ósea" que es la mayor cantidad de calcio que nuestros huesos tendrán a lo largo de la vida. Por esto hay que procurar tomar el calcio necesario en esta etapa crucial para la formación de los huesos.
Desde los 35-40 años, el calcio óseo disminuye gradualmente y partir de esta edad el calcio ya no se incorpora al hueso fácilmente. Por ello pasada esta época hay que prestar atención a la ingesta adecuada de calcio para compensar las pérdidas.

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