Las grasas trans y sus efectos

Las grasas trans y la enfermedad cardiovascular

Del Boletín de la Fundación de Hipercolesterolemia Familiar

Las grasas trans son unos ácidos grasos insaturados obtenidos a través de la hidrogenación de determinados aceites vegetales, un proceso que aporta solidez a las grasas y mejora su utilización pero que las hace altamente perjudiciales para la salud.

No hay ninguna justificación nutricional para el consumo de grasas trans, por lo que deberían restringirse al máximo

Una revisión reciente publicada en el New England Journal of Medicine (2006; 354:1601-13) revisa los efectos fisiológicos y celulares de los ácidos trans, unos ácidos grasos insaturados obtenidos a través de la hidrogenación de determinados aceites vegetales, que los convierte en grasas semisólidas para su empleo en la preparación y procesado de alimentos. Estos ácidos se encuentran en aceites baratos para la fritura en sitios de comida rápida, algunas margarinas, alimentos precocinados, bollería industrial, pastelería y galletas, patatas fritas "de bolsa", snacks, chucherías y palomitas de microondas. Su objetivo es conservar los alimentos más tiempo, mejorar su sabor, favorecer la estabilidad en la fritura o hacerlos más fáciles de untar. Además, son más baratos que otras grasas vegetales.

Los ácidos trans aumentan el riesgo de infarto de miocardio más que cualquier otro macronutriente. El consumo de unos 5 a 8 gramos diarios (de un 2 a un 3% del total de las calorías consumidas) aumenta de un 23-30% el riesgo de infarto de miocardio. También se asocian a un aumento del riesgo de diabetes.

Este tipo de grasas es mucho más perjudicial para la salud que las grasas animales. Esto se debe a que aumentan el colesterol-LDL (malo) y disminuyen el colesterol-HDL (bueno) y actúan sobre mecanismos de inflamación que aceleran el desarrollo de arterioesclerosis. También pueden aumentar el riesgo de diabetes a través de modificar el metabolismo de los ácidos grasos en el adipocito o célula grasa.

En definitiva, no hay ninguna justificación para su consumo, ya que no aportan ningún beneficio nutricional, por lo que deberían restringirse al máximo. Para evitar los peligros sobre la salud, no se debe consumir más de 1 gramo diario.

 

¿Qué podemos hacer para reducir su consumo?

Se debe dar prioridad a la ingesta de productos naturales y cocinados en casa. Para freír, cocinar y tomar en crudo se debe usar preferentemente aceite de oliva.

Por otra parte, hay que huir de la comida rápida, los precocinados, las salsas envasadas, la bollería industrial, tentempiés como snacks, determinadas galletas y aperitivos embolsados y frituras de alimentos en grasas no identificadas. Pero también se necesita un adecuado etiquetado de los alimentos, la formación del consumidor y el compromiso de las autoridades y la industria de la alimentación para poder reducir la ingesta de grasas trans.

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Alimentos con grasas que hay que evitar son: frituras de comida rápida, precocinados, bollería y pastelería industrial, patatas "de bolsa", snacks, chucherías, algunas margarinas y palomitas de microondas.

 

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