España principal país productor de alimentos ecologicos

Alimentos ecológicos

Dra. Dª. Ana María Haro García, Farmacéutica y Tecnóloga de los alimentos

La alimentación ecológica se presenta como una alternativa más de consumo que busca mejorar la alimentación y salud del consumidor a la vez que preserva el medio ambiente.

Las técnicas agroalimentarias de producción ecológica son más respetuosas con el medio ambiente y los animales

Un alimento ecológico es aquel que se obtiene por un método de producción ecológica. La agricultura ecológica, denominada también agricultura biológica u orgánica, es un sistema de producción agrícola y ganadera que concibe la explotación agraria como un todo, y está basada en la utilización de técnicas sensibles con el medio ambiente y el bienestar del animal.

España es uno de los principales países productores de alimentos ecológicos, tanto en el marco comunitario como a nivel mundial. Sin embargo, su producción está destinada principalmente a la exportación y, aunque va creciendo, aún no es relevante un consumo interno.

El continuo aumento de este sistema de producción está directamente relacionado con el incremento de la demanda de este tipo de productos por los consumidores de los países industrializados. Sin embargo, el consumidor español aún se puede encontrar con limitaciones en la distribución y accesibilidad a este tipo de alimentos, lo que dificulta, en cierto modo, su incorporación a la red habitual de consumo. A esto se puede añadir el sobrecoste respecto a los productos convencionales y la controversia existente sobre si son más saludables o no que los alimentos convencionales. Todo esto genera cierta incertidumbre a la hora de comprar este tipo de alimentos.

 

¿Es realmente más saludable la alimentación ecológica?

El consumidor valora mucho las bondades de la producción ecológica. Las técnicas agroalimentarias de producción ecológica son más respetuosas con el medio ambiente y garantizan el bienestar y salud de los animales, al no estar permitido el uso de pesticidas ni herbicidas químicos, abonos químicos, hormonas, transgénicos ni aditivos de síntesis. Además, los alimentos ecológicos están igualmente sometidos a estrictos controles en toda la cadena de producción, por lo que se extiende la idea de que son alimentos más sanos y seguros que los convencionales, y esto alienta una mayor demanda de este tipo de alimentos por parte del consumidor.

Los alimentos ecológicos se presentan como una apuesta por la calidad y la salud, al garantizar su procedencia e inocuidad y al no contener residuos de plaguicidas o sustancias de síntesis química, nocivas para el ser humano. También hay quienes aseguran que consiguen mejorar la composición nutricional de los alimentos y sus cualidades organolépticas, y en relación a todo esto, les atribuyen una repercusión positiva sobre la salud. Hay incluso estudios epidemiológicos realizados en humanos, que asocian el consumo de alimentos ecológicos a un menor riesgo de padecer alergias.

Pero conviene ser cautos y no olvidar que los alimentos convencionales son igualmente "saludables", al cumplir con los controles y criterios establecidos en la reglamentación alimentaria, siendo más asequibles, en cuanto a disponibilidad y precio y que, para llegar a afirmaciones precisas, es necesario tener una sólida base científica que las sustente.

Los resultados obtenidos hasta el momento varían sustancialmente y pueden resultar contradictorios puesto que son numerosos los factores que influyen en la composición química y nutricional de un alimento, entre los que destacan como más significativos, la variedad y raza, la estación del año, la climatología, el suelo, el estado de madurez, el almacenamiento, o factores más estrictamente vinculados al sistema de agricultura (fertilización, tratamientos fitosanitarios, etc.) y ganadero (alimentación, empleo de uso de hormonas y fármacos, etc.). Además, la relación entre el valor nutricional de un producto y la salud es muy difícil de predecir, y es importante realizar muchos más estudios clínicos en animales de experimentación y en humanos que permitan emitir conclusiones fiables de sus efectos a largo plazo.

Así pues, una serie de estudios alaban las virtudes nutricionales de los alimentos ecológicos refiriendo un menor contenido de nitratos (sustancias tóxicas), niveles más altos de vitamina C, hierro, calcio, potasio y compuestos fenólicos (antioxidantes) en los productos vegetales ecológicos, así como mayores niveles de ácidos grasos Omega 3 y ácido linoleico conjugado en la leche de animales criados en sistemas ecológicos y hablan de un posible efecto beneficioso sobre el organismo; otros estudios, sin embargo, no ven diferencias significativas entre unos y otros, llegando a afirmar que los alimentos ecológicos no son más nutritivos ni ofrecen más beneficios o menos riesgos para la salud que sus alternativas convencionales. Es más, advierten que las posibles diferencias en el nivel de nutrientes entre alimentos ecológicos y convencionales no son lo suficientemente importantes cómo para tener una relevancia en la mejora de nuestra salud.

 

El etiquetado biológico

En todo caso, a la espera de la realización de nuevos estudios que confirmen de forma contundente su efecto o no sobre el estado de salud, los consumidores de este tipo de alimentos los sigue eligiendo por varias razones, entre ellas, por asegurar "el bienestar de los animales o el respeto por el medio ambiente", y esto es fácil de saber gracias a su etiquetado ecológico, que ya aparece en los envases de algunos productos, junto al etiquetado habitual.

Cuando un alimento se comercializa con una etiqueta de "orgánico", "biológico" o "ecológico", significa que los productores y procesadores han respetado las normas de producción ecológica y han sido certificados como tales por algún organismo de control de producción ecológica (empresas privadas autorizadas), para lo cual se ha requerido de un sistema de certificación e inspecciones regulares. De otra forma, no se puede afirmar que un producto es ecológico. Todos aquellos productos que usen estas menciones sin estar certificados son fraudulentos, siendo conocidos comúnmente como "falsos bio".

Los productos vegetales procedentes de fincas que se encuentren en la fase de transición a la agricultura ecológica, pueden aparecer etiquetados como "producto en conversión a la agricultura ecológica", siempre que lleve un periodo mínimo de 12 meses adoptando métodos de producción ecológica bajo el control de una certificadora autorizada. Los animales y productos de origen animal en conversión no podrán comercializarse, en ningún caso, con la distinción "producto en conversión a la agricultura ecológica".

En la composición de alimentos ecológicos transformados no puede haber simultáneamente un ingrediente ecológico y el mismo ingrediente obtenido de forma no ecológica o procedente de una parcela en fase de conversión.

 

 

Saber más 

En general, y mientras que se llevan a cabo estudios más concluyentes que profundicen en cómo las técnicas productivas pueden influir o no en la composición de los alimentos y en cómo influye una dieta ecológica en el estado de salud, los alimentos ecológicos son una alternativa igualmente saludable, aunque resulte cara, porque su sistema de producción es más lento y los canales de distribución siguen siendo limitados, pero un nutrido grupo de consumidores parecen dispuestos a pagar un precio más alto, preocupados por la calidad de los alimentos y su repercusión sobre su salud y por minimizar los efectos adversos que la producción de alimentos tiene sobre el medio ambiente.

 

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