Ecografía cómo y cuándo hacerla

Ecografía: la primera imagen de tu bebé

Dr. D. Javier Pérez Pedregosa, Unidad de Ginecología del Instituto EGR del Hospital de la Zarzuela

 

Dr. D. Javier Valero de Bernabé, Jefe de Servicio de Ginecología y responsable de la Unidad de la Medicina Fetal del Hospital Universitario de Madrid Montepríncipe

Durante el embarazo es obligado el control del feto para comprobar que todo se desarrolla con normalidad. La ecografía es el único método para vigilar la evolución del embrión y su uso se ha extendido debido a su comodidad y a la rapidez en el diagnóstico. Además, su fiabilidad y el hecho de que no represente ningún riesgo para la madre ni para el niño han conseguido que las embarazadas eliminen parte de sus temores durante los nueve meses de gestación.

La primera ecografía se hace  entre la sexta y la novena semana del embarazo

Una ecografía es un diagnóstico por imagen que funciona a través de los ultrasonidos. Estos se producen en la sonda del ecógrafo (el transductor), se emiten sobre el cuerpo de la madre, rebotan en el feto y son integrados por el aparato, produciendo una imagen que muestra una escala de grises y unas formas.

Las primeras ecografías se realizaron hace unos 25 años, pero la técnica se ha generalizado en la última década. En este tiempo, el desarrollo de los aparatos ha sido espectacular y se sigue avanzando en su modernización. Un ecógrafo está integrado por los siguientes elementos: una sonda o transductor, una pantalla, un equipo de vídeo y un aparato procesador.

 

¿Cuándo deben realizarse las ecografías?

Primera ecografía. La primera ecografía se hace aproximadamente entre la sexta y la novena semana del embarazo. En este momento, los embriones miden unos 10 milímetros y la prueba va a permitir: confirmar el embarazo, comprobar si el embarazo está bien localizado dentro del feto, ver el número de embriones que hay (si es un único feto o si se trata de un embarazo múltiple), examinar que los embriones están vivos y que tienen latido cardíaco, ver el tamaño de los embriones y si éste coincide con la fecha de la última menstruación de la mujer (esto sirve para datar correctamente la gestación, diagnosticar el embarazo como un embarazo evolutivo, establecer la fecha de los siguientes controles y calcular una probable fecha de parto).

Segunda ecografía. La segunda ecografía se toma entre la semana 11 y 14. En este momento, el feto mide unos 6 ó 7 centímetros y la ecografía servirá para hacer una valoración general de su estado (miembros, extremidades, corazón y abdomen).

Tercera ecografía. La tercera ecografía se realiza en torno a las semanas 20 y 22. En este momento, el feto está más formado y tiene un mayor tamaño, por lo que debe medirse en partes: longitud cráneo – nalga, que suele ser de unos 10 milímetros; longitud cefálica; circunferencia abdominal; diámetro biparietal o de la cabeza; longitud del fémur. Cuando el feto es pequeño se puede conocer su tamaño con más precisión, pero al medirlo por partes existe un margen de error entre el 15 y el 20 por ciento.

Cuarta ecografía. La cuarta ecografía suele realizarse entre las semanas 33 y 35. El feto se mide en partes, siguiendo el mismo proceso que en la tercera ecografía, y se comprueba la morfología fetal, la cantidad de líquido y el crecimiento fetal. Si se trata de un embarazo de riesgo, el número de ecografías que se realicen dependerá del tipo de la patología. Por ejemplo, los embarazos múltiples o los fetos que crecen menos de lo habitual deben ser más vigilados por parte del especialista. Es importante aclarar que la ecografía sólo puede descubrir las malformaciones del feto que puedan tener una traducción morfológica, es decir, que muestren una imagen alterada. Por tanto, no se puede diagnosticar un retraso mental que no vaya acompañado de ninguna alteración cerebral ni tampoco las disfunciones de un órgano. Por ejemplo, no se puede ver si el hígado funciona mal, pero sí si existe algún tipo de quiste.

 

Tipos de ecografía

Según la vía que se utilice, hay dos tipos de ecografías: la vía transvaginal se reserva para las primeras semanas del embarazo (la primera y la segunda ecografía), mientras que las abdominales se utilizan a partir del segundo trimestre. Esto es así porque la resolución de la ecografía abdominal es mejor cuando el feto es más grande, mientras que la transvaginal sólo ofrece una imagen clara cuando es pequeño.

Además, existen tres técnicas de ecografías. La ecografía convencional es la bidimensional, que actualmente es la base de todo el diagnóstico prenatal y de malformaciones. Recientemente, se ha incorporado la ecografía en 3D y 4D. El 3D muestra el feto con volumen, mientras que la 4D añade el movimiento. Hasta ahora, las ecografías tradicionales mostraban una fotografía, por tanto, una imagen estática.

Todavía está por demostrar la eficacia de las ecografías en 3D y en 4D, aunque los expertos apuntan ya que es buen método para complementar las pruebas bidimensionales y que incluso pueden llegar a superarlas en su uso.

 

Ecografías 3D y 4D

En 1993 aparecen las ecografías 3D y 4D como resultado del espectacular avance de la tecnología en ultrasonidos. Desde ese momento se puede hablar del desarrollo de unos aparatos de ecografías que dan una gran calidad de imagen con una mayor facilidad a la hora de ser realizadas. A pesar del extraordinario adelanto, no es hasta 2003 cuando se comienza a realizar prácticamente de forma experimental en muy pocos centros de España. A partir de entonces su uso se ha generalizado gracias a la aparición de ecógrafos más sencillos de manejar y con mayor calidad visual.

La ecografía 3D consiste en la visualización tridimensional de las estructuras que se quieren estudiar, tales como los órganos del bebé, de forma estática. La ecografía 4D es lo mismo, pero en tiempo real. Permite estudiar de forma dinámica las estructuras, pudiendo ver, por ejemplo, los movimientos fetales.

Su empleo es cada vez más frecuente pero no todos los centros cuentan con ecógrafos, ya que su coste de adquisición sigue siendo muy elevado. Actualmente no se realizan de forma sistemática en los hospitales públicos porque no todos tienen ecógrafos y porque no se efectúan ecografías a demanda de los pacientes, sino aquellas que están indicadas por protocolo.

Su principal atractivo, especialmente para los padres, reside en el grado de realismo. Aunque nos empeñamos en descifrar la estructura de nuestro hijo en los resultados de las ecografías 2D, no siempre resulta fácil para los profanos y, en este sentido, las ecografías en tres y cuatro dimensiones resultan claras y sencillas de interpretar. Las imágenes que se obtienen, principalmente en la eco 4D permiten ver imágenes espectaculares de la cara y miembros fetales en movimiento. Se llegan a apreciar incluso imágenes del feto sonriendo, sacando la lengua, haciendo gestos con la cara... valor que las convierte en una exploración muy demandada por las pacientes.

Permiten la mejor visualización externa del feto y, por tanto, de las anomalías que habitualmente ya han sido diagnosticadas por ecografía 2D. Aportan más información que la ecografía 2D en algunos casos concretos, aunque los diagnósticos siguen haciéndose en la mayoría de los casos por eco 2D. En ginecología permiten una mejor visualización de las malformaciones uterinas que no se consigue con ecografía 2D, así como la posibilidad de estudiar la vascularización tridimensional de tumoraciones.

A pesar de sus múltiples beneficios, los padres deben conocer sus limitaciones en el diagnóstico de malformaciones fetales, ya que en la mayoría de los casos su poder de detección no supera al de la ecografía 2D, que es del 60-65%. La función principal de toda ecografía es detectar problemas en los órganos del bebé y, a pesar del avance que suponen, tampoco las 3D y las 4D permite visualizar mejor las alteraciones internas fetales, tales como problemas metabólicos. Lo que sí se detectan son las alteraciones del sistema nervioso central gracias a la alta calidad de la imagen.

Saber más

A pesar de la alta fiabilidad del diagnóstico, en ocasiones puede haber dificultades para obtener una buena ecografía. Por esto, los médicos recomiendan que las madres no se apliquen cremas en el abdomen en las 24 horas previas a la realización de la prueba, ya que esto empeora la transmisión sónica. Además, en el caso de que la ecografía sea transvaginal, es recomendable que la vejiga no esté llena. Por otra parte, influyen también la postura del bebé en el feto y el peso de la madre, de manera que la imagen que se muestra es más clara en madres delgadas.

Todo esto puede conllevar que la ecografía no permita ver el pliegue nucal y el hueso nasal del feto, los llamados "marcadores de riesgo", que indican un mayor riesgo de anomalías en el bebé, sin embargo su existencia solo indica probabilidades, de modo que el niño puede tenerlas y nacer completamente sano.

 

¿Te va... pasar tiempo con tus hijos?

Descubre los beneficios del Omega 3 DHA para tus hijos

beneficios del Omega 3 DHA en la alimentación de tus hijos
El contenido web seleccionado ya no existe.

Test: Descubre si tienes el co

Test: Descubre si tienes el corazón contento
Conoce Puleva

La leche con un toque de ciencia

La leche con un toque de ciencia

Expertos en alimentación infantil

Expertos en alimentación infantil

Spot Puleva Mañanas Ligeras

Spot Puleva Mañanas Ligeras