
Zumos, frutas y compotas en la dieta del bebé
A partir de los cuatro meses se puede introducir al bebé algún zumo de frutas y alguna papilla sin gluten de este nuevo sabor. A los cinco, se le puede iniciar en la fruta y en las compotas, aportándole así todas las vitaminas de este rico alimento.
¿Qué frutas son las más recomendables?
En la alimentación del lactante se emplean fundamentalmente las jugosas: naranja, limón, manzana, pera, uva, ciruela, etc. No se deben emplear las secas (avellanas, nueces, almendras, etc), ni las oleosas (aceitunas). Las frutas jugosas son ricas en agua, hidratos de carbono (glucosa, sacarosa, fructosa), vitaminas (A, C, B) y sales (especialmente calcio y potasio). Son, en cambio, muy pobres en proteínas y lípidos. Llevan celulosa que, al no absorberse, ayuda a la formación del bolo fecal.
Algunas, como el plátano, la manzana y el membrillo, son ricas en pectina, que por sus propiedades adsorbentes son útiles en las diarreas del lactante. Los zumos no llevan celulosa y pueden introducirse pronto en la alimentación del lactante.
Conviene dar preferencia al zumo de naranja, que tiene una gran riqueza de fructosa y vitaminas, o bien zumo de limón y de tomate. Si las deposiciones son normales, se aconsejan también de uva, pera y frutas frescas "del tiempo". No se les debe añadir azúcar y nunca se ofrecerán en biberón, puesto que comportaría alteraciones dentarias ("síndrome del biberón").
Cómo se administran las frutas
Las frutas se administran al lactante fundamentalmente en forma de purés o papillas. Actualmente, se considera que no deben introducirse antes de los 5-6 meses, con el fin de evitar posibles efectos indeseables (facilitación de la apetencia por los sabores dulces, implantación de una flora sacarolítica, etc). El más utilizable es el puré de plátanos que, muy maduros, bien triturados y quitando sus hebras, tienen un gran valor nutritivo, por su elevado contenido en azúcares fácilmente digeribles (levulosa), e incluso pueden utilizarse en procesos diarreicos y otros trastornos alimenticios.
También se suelen dar las frutas en compota, pero esto es al final del primer año. Se administran en forma de manzana o pera ralladas, sobre todo en algunos trastornos diarreicos. En lactantes mayorcitos es posible utilizar mezclas o cóctel de varias frutas. Su administración será diaria.
Estos alimentos, como los demás descritos aquí, se encuentran ahora en el mercado ya preparados. En algunos casos son útiles para madres que no tienen tiempo o capacidad para la preparación correcta de la alimentación del lactante. Los niños inapetentes los toman a veces con más agrado, quizá por su sabor dulce o por identificar con medicinas.
Algunos preparados contienen solamente la fruta, pero muy a menudo llevan incluidos leche y harina, estando prestos para su preparación o utilización instantánea.

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