Qué papilla puede tomar mi bebé

¿Qué papilla puede tomar mi bebé según su edad?

Dr. D. Luis Miguel Puello Pavés, Pediatra, Universidad de Granada.

La alimentación en los primeros 6 meses de vida debe ser fundamentalmente la leche materna, y si ésta no es posible, una fórmula de inicio. La introducción de la alimentación complementaria (beikost) no debe hacerse antes de los 4 meses ni después de los 6 meses.

 

¿Cuándo se introducen las papillas?

Si el niño está siendo amamantado, se recomienda que los primeros 6 meses sea alimentado exclusivamente con leche materna si la ganancia de peso es adecuada. Si, en cambio, se trata de un lactante alimentado con formula de inicio, se puede introducir la alimentación complementaria a partir de los 4 meses. La introducción de papillas y purés se hará siguiendo un calendario nutricional.

Entre los 4 y 6 meses se introducirán los cereales sin gluten (arroz, maíz, soja, mijo). En un principio se añadirán al biberón, comenzando por 2 ó 3 cacitos y se aumentará progresivamente su consistencia hasta hacer una papilla (6-7 cacitos) si el niño es capaz de tomar con cuchara.

Entre los 6 y 8 meses se puede introducir:

a) La leche de continuación. Más rica en proteínas, calcio y hierro.

b) La papilla de frutas. Se preparará con plátano maduro, manzana, pera y naranja. La fruta debe estar pelada y sin semillas. Se puede iniciar con zumo y, posteriormente, con papilla batida. Se utilizan 2 ó 3 piezas en cada toma. No es preciso añadir leche a la papilla de frutas, pero, en algunos casos, si el niño rechaza su sabor pueden añadirse 60 c.c. de fórmula de continuación e incluso 1 ó 2 cacitos de cereales sin gluten. Debemos evitar frutas potencialmente alergénicas como fresas, melocotón o kiwi.

c) Puré de verduras. Se pueden utilizar patata, zanahorias, puerros, judías verdes, tomate y/o apio. No deben darse en el primer año espinacas, remolacha, coles. Se cocerán las verduras, a las que se puede añadir una cucharadita (5 ml) de aceite de oliva. No debemos añadir sal.

d) Carnes. Una vez comprobado que las verduras son bien toleradas, se puede introducir el pollo sin piel (preferentemente el muslo) y, posteriormente, cordero y ternera. La cantidad será de unos 40-80 gramos asada o cocida (no frita con aceite).

A los 8 meses se pueden introducir los cereales con gluten (trigo, avena, cebada, centeno) y el yogur natural.

A los 10 meses se puede introducir el pescado blanco cocido 2 ó 3 veces por semana (por ejemplo, añadir a un caldo de verduras entre 50 -70 gramos de merluza o lenguado cocidos) y la yema de huevo cocida (se introduce de forma progresiva, comenzado por una cuarta parte de la yema, la semana siguiente media y más tarde entera). La clara de huevo no debe introducirse hasta cumplir el primer año de vida.

 

Papillas en situaciones especiales

Existen patologías en la infancia en las que las papillas nos pueden ayudar:

– En las regurgitaciones, tan frecuentes en los primeros meses, el espesamiento de la leche con cereales puede resultar útil.

– En caso de diarrea, es útil la crema de arroz, los purés de pollo, arroz y zanahoria y la papilla de frutas de plátano maduro y manzana.

– En caso de estreñimiento, son útiles las papillas de avena y los zumos de naranja y la pera.

– Por último, hay unas recomendaciones genéricas que debemos seguir en la elaboración de todas las papillas: no añadir sal, azúcar ni miel.

 

 

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