
Lactancia artificial
La recomendación de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que la lactancia materna se mantenga al menos durante los primeros 6 meses de la vida del lactante de forma exclusiva, si bien sugiere mantener esta forma de alimentación hasta los 2 años. No obstante, cuando la lactancia materna no es posible, la investigación ha permitido el desarrollo de fórmulas artificiales adaptadas, que aportan los nutrientes que los niños necesitan en cada etapa de la vida.
Leches de inicio, de 0 a 6 meses
La primera alimentación del recién nacido, cuando la lactancia materna no es posible, se lleva a cabo mediante un tipo de fórmula láctea que se denomina de inicio o adaptada. Están destinadas a cubrir las necesidades nutritivas del lactante hasta los 6 meses, dentro de una dieta progresivamente diversificada y adaptada a las necesidades energéticas del lactante, contribuyendo a un crecimiento equilibrado.
Se fabrican teniendo como modelo básico la leche de mujer y se consideran adecuadas para la fisiología del recién nacido y del lactante pequeño. Una vez reconstituidas, deben cubrir todas las necesidades nutritivas del lactante desde los 0 a los 6 meses, aunque pueden utilizarse complementadas con otros alimentos, hasta el año de edad.
Leches de continuación, a partir de los 6 meses
Están indicadas como parte líquida de la dieta del destete para lactantes a partir del 6º mes y para la alimentación de niños de 12 a 36 meses como parte de una dieta diversificada.
Estas leches se basan en que a partir de esta edad la capacidad funcional del aparato digestivo, la actividad de las enzimas y la función excretora renal han alcanzado un nivel muy superior al existente en el recién nacido y más semejante al del niño mayor. Por tanto, es posible prescindir a partir de esta época de las fórmulas de inicio más complejas y costosas.
Leche 3 o de crecimiento, a partir de un año
La leche 3 constituye un complemento ideal en la alimentación del bebé a partir del año de vida porque su composición está adaptada a las necesidades nutricionales de niños de esta edad.
Puleva Peques 3 contiene:
– Ácidos grasos Omega 3, un ácido graso que se encuentra en la leche materna y que la madre aporta a través de la placenta durante la gestación, y luego durante la lactancia. Su aporte es esencial para el desarrollo del sistema cognitivo y visual del bebé.
– Proteínas.
– Calcio, vitaminas y otros minerales.
– Hierro y Yodo, que favorecen la evolución intelectual del niño.
– Ácido Oleico y Ácidos Grasos Esenciales, que contribuyen al desarrollo físico e intelectual del niño.
– Colina, nutriente semiesencial en la infancia y componente fundamental del sistema nervioso.
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Estas leches son el escalón previo a una categoría posterior, las leches de energía y crecimiento, cuyo perfil nutricional está adaptado a la mayor demanda de energía que el niño tiene a partir de los 3 ó 4 años.

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Un sencillo gesto puede ayudarte a conseguir el extra de vitamina D que ayuda a tus defensas
Un solo vaso de leche puede marcar la diferencia en nuestra dieta diaria, ayudándonos fácilmente a alcanzar las ingestas recomendadas. Con un solo vaso de leche adaptada enriquecida en el desayuno podemos cubrir hasta el 75% de la Cantidad Diaria Recomendada de vitamina D.

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