
Fórmulas lácteas especiales para lactantes
Los avances científicos y tecnológicos han permitido el desarrollo de una amplia gama de fórmulas específicas para cada necesidad, adaptadas para alimentar a aquellos lactantes que, por distintas patologías, no pueden hacerlo de forma convencional.
La lactancia materna es el alimento ideal para el recién nacido sano. En caso de que ésta no sea posible, la elección habitual es alimentar al bebé con una fórmula láctea o leche infantil adaptada al grado de maduración de su sistema digestivo y con los nutrientes necesarios para garantizar un crecimiento y desarrollo óptimos. Pero existen situaciones determinadas que pueden desaconsejar tanto la leche de la madre como la utilización de fórmulas infantiles convencionales. Por esta razón, se han diseñado leches o preparados lácteos especiales, destinados a la alimentación de lactantes y niños de corta edad con problemas específicos o limitaciones en los procesos de absorción, digestión, o metabolismo de algún nutriente, como es el caso de alergias o intolerancias.
Generalmente se trata de fórmulas con modificaciones en su composición, que las hacen adecuadas para la alimentación de lactantes con este tipo de problemas. Es importante conocer bien las características de estas fórmulas para su correcta prescripción, seleccionando las más adecuadas para cada caso, y siempre bajo prescripción del pediatra.
Fórmulas especiales más habituales
Fórmulas para prematuros o niños de bajo peso al nacer: Destinadas a niños con unas condiciones nutricionales especiales debidas a su bajo peso y sus escasas reservas, así como una inmadurez manifiesta de su sistema digestivo y metabólico. Suelen llevar una mezcla de grasa vegetal y animal e ir enriquecidas en otros nutrientes, como el hierro, selenio, vitamina E, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, taurina y carnitina.
Fórmulas sin lactosa: Fórmulas derivadas de la leche de vaca en las que se ha sustituido la lactosa por otro hidrato de carbono (como la dextrinomaltosa) que no presente problemas en su absorción. Están indicadas para lactantes o niños con deficiencia en la enzima lactasa, bien por deficiencia genética o como consecuencia de una gastroenteritis. Sólo deben ser utilizadas durante un tiempo, hasta recuperar la actividad enzimática, ya que la lactosa facilita la absorción de calcio y magnesio en el organismo y favorece el desarrollo de la microbiota bacteriana intestinal.
Fórmulas de proteína de soja: Son leches sin lactosa en las que, además, se han sustituido las proteínas de la leche de vaca por proteínas de origen vegetal procedentes de la soja. Suelen ir enriquecidas en otros nutrientes, como calcio, hierro, cinc, metionina, L-carnitina y taurina. Se utilizan en casos de intolerancia a la lactosa, en niños alérgicos a las proteínas de la leche de vaca y en niños con diarreas prolongadas.
Las fórmulas de soja son una opción terapéutica frente a los hidrolizados de proteína de la leche de vaca, dado su mejor sabor y, por tanto, mayor aceptabilidad para el lactante, y por ser una opción menos costosa. El Comité de Nutrición de la ESPGHAN desaconseja su uso en niños menores de 6 meses con respecto a la alergia a las proteínas de la leche de vaca.
Fórmulas hidrolizadas o hipoalergénicas: Son leches con proteínas predigeridas mediante hidrólisis, lo que facilita su digestión y su absorción. Están destinadas a niños con riesgo elevado de sufrir alergia a las proteínas de la leche de vaca y en casos de mala absorción intestinal. Hay distintos tipos según el grado de hidrólisis. El hidrolizado de seroproteínas/caseína 50/50 es el que da lugar a una composición de aminoácidos más similar a la leche materna. Se suelen suplementar con taurina y L-carnitina.
Fórmulas elementales o monomérica: Son fórmulas sintéticas a base de L-aminoácidos, dextrinomaltosa, triglicéridos de cadena media (MCT) y ácidos grasos de cadena larga, para evitar deficiencia de ácidos grasos esenciales. Están indicadas en estados de malabsorción y maladigestión en insuficiencia pancreática; síndrome de intestino corto; enfermedad inflamatoria intestinal; diarrea resistente a los tratamientos habituales; en la preparación de procedimientos diagnósticos en los que interesa mantener libre de contenido el colon; en el paso de alimentación parenteral a enteral de forma transitoria y en caso de alergia-intolerancia a proteínas de leche de vaca que no responde a los diferentes hidrolizados.
Fórmulas antirreflujo o antirregurgitación: En los bebés es bastante habitual el paso del alimento del estómago a la boca, esto se llama reflujo gastroesofágico o regurgitación. Las regurgitaciones fisiológicas del lactante no requieren tratamiento y se resuelven espontáneamente hacia los 12 meses de edad.
Las fórmulas antirreflujo o antirregurgitación son fórmulas de inicio y de continuación modificadas mediante la adición de una sustancia espesante, la utilización de la caseína como principal fuente de proteínas o la disminución del contenido en grasas. Como agentes espesantes más habituales llevan harina de la semilla de algarrobo, la amilopectina del almidón de arroz y del almidón precocido de maíz. La fermentación de la harina de algarrobo en el colon puede dar lugar a unas heces más blandas y acelera el tránsito intestinal, lo que puede ser útil en lactantes con estreñimiento, pero también puede producir dolor abdominal y diarrea leve. Los almidones tienen una mejor digestibilidad y no producen los efectos secundarios de la harina de algarrobo, aunque aumentan ligeramente el valor calórico de la fórmula.
El Comité de Nutrición de la ESPGHAN limita las indicaciones de estas fórmulas a aquellos lactantes con fallo del crecimiento causado por la pérdida excesiva de nutrientes asociada a las regurgitaciones, junto a un tratamiento médico apropiado y bajo supervisión, evitando así el mal uso y abuso de las mismas.
Fórmulas anticólico: Diseñadas como tratamiento dietético del cólico del lactante, ayudan a equilibrar la flora intestinal y reducen la formación de gases. En estas fórmulas, las proteínas séricas están parcialmente hidrolizadas para facilitar su digestión y, algunas de ellas, contienen menor cantidad de lactosa, que es sustituida por dextrinomaltosa para reducir el exceso de gas abdominal. También contienen fructooligosacáridos con la finalidad de conseguir un efecto prebiótico, una mayor proporción de β–palmitato y modifican la grasa, destacando la presencia de triglicéridos de cadena media (MCT), de más fácil absorción.
Fórmulas antiestreñimiento: Indicadas en lactantes alimentados por lactancia artificial que presenten tendencia al estreñimiento. Son fórmulas en las que se aporta un alto porcentaje de ácido palmítico en posición β (β-palmitato), en proporción similar a la de la leche materna. Esto favorece la absorción de la fracción grasa de la leche, del calcio y del magnesio, mejorando la biodisponibilidad de estos compuestos y minimizando la formación de jabones cálcicos a nivel intestinal, principales responsables de la formación de heces duras.
También se han desarrollado fórmulas infantiles que llevan incorporados oligosacáridos con efecto prebiótico, siendo los más relevantes los galactooligosacáridos (GOS) y fructooligosacáridos (FOS). Estos compuestos prebióticos regulan el tránsito intestinal gracias al aumento del volumen de bolo digestivo.
Fórmula confort: Diseñada para solucionar todas las molestias (cólicos, regurgitaciones, estreñimiento) que incomodan al lactante. En ellas, las proteínas están parcialmente hidrolizadas para facilitar su digestión. Algunas contienen menor cantidad de lactosa, que es sustituida por maltodextrina, para reducir el exceso de gas abdominal producido por la fermentación colónica de la lactosa no absorbida en tramos anteriores del intestino. Sin embargo, el aumento del gas no se ha demostrado como causa clara del cólico del lactante. También suelen contener una mayor proporción de ácido palmítico en posición beta y fructooligosacáridos con efecto prebiótico.
Fórmulas día/noche: Las leches disociadas día/noche se basan en el hecho de que la concentración de triptófano en la leche materna es mayor durante la noche que durante el día, y los patrones de sueño de los lactantes amamantados son diferentes de los de los niños con lactancia artificial.
- La fórmula de día contiene ingredientes que favorecen el estado de vigilia, como los nucleótidos citidina, guanosina e inosina, vitaminas antioxidantes A, C y E y vitamina B12.
- La fórmula de noche incluye triptófano e hidratos de carbono, que favorecen el inicio y duración del sueño, incorpora triglicéridos de cadena media y los nucleótidos uridina y adenosina, que ayudan a prolongar el sueño y disminuir los periodos de vigilia, mientras que aporta pequeñas cantidades de otros nutrientes relacionados con la vigilia (vitaminas antioxidantes A, C y E y vitamina B12).
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Su composición está regulada siguiendo la normas de composición y de requerimientos en nutrientes establecidas por organismos internacionales, tales como el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), el Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría (AAP) y el Comité Científico para la Alimentación de la Comisión de las Comunidades Europeas (CEE).

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