
Estreñimiento en el bebé
Como consecuencia de una determinada alimentación, ya sea en forma de lactancia materna, artificial o mixta, el recién nacido o el bebé puede sufrir problemas de estreñimiento.
El estreñimiento es una alteración de la frecuencia y consistencia de las deposiciones, con enlentecimiento del tránsito intestinal, que se manifiesta como una dificultad en la evacuación espontánea y periódica de las heces del intestino grueso. Las deposiciones son duras y cuesta emitirlas. Requieren por parte del bebé o del niño un verdadero esfuerzo el expulsarlas.
Alimentación con leche materna
Las heces de los bebés varían totalmente de uno a otro en su forma, color, consistencia y frecuencia. Los criados al pecho suelen presentar deposiciones blandas y frecuentes en las primeras semanas de vida. Posteriormente, su emisión se va espaciando, pudiendo transcurrir varios días entre una y otra. Es normal que así sea. No es estreñimiento y no se deben administrar laxantes.
Su causa está en que el proceso digestivo de la leche materna apenas deja residuo, precisando unos días para acumular heces suficientes para su eliminación, heces que, por otra parte, siguen siendo blandas. La lactosa, que se digiere en poca cantidad, llega al final de la digestión sin haber sufrido ningún tipo de alteraciones, haciendo que las heces sean más fluidas debido al agua que éstas retienen.
Alimentación con biberón
El bebé criado a biberón tiene habitualmente heces más consistentes. En las primeras semanas, lo normal es que evacúe de 4 a 6 veces al día. Al cabo de pocos meses, las deposiciones acostumbran a reducirse a 1 ó 2 diarias.
Con este tipo de alimentación es más frecuente el estreñimiento y las heces pueden alcanzar una consistencia que haga difícil su evacuación. Incluso pueden provocar ocasionalmente pérdidas de sangre fresca cuyo origen está en fisuras del conducto anal, lo que torna visible en la superficie de la deposición. No tiene importancia si su aparición es escasa u ocasional.
Alimentación variada
Cuando los niños empiezan a caminar, el estreñimiento puede deberse a una alimentación incorrecta que deja pocos residuos, como exceso de leche, yogur, galletas y/o rechazo a las verduras y frutas. Puede obedecer a una negativa voluntaria a efectuar la deposición y a que el niño se niegue a sentarse en el orinal. Puede deberse también a que se hayan forzado sus hábitos higiénicos con demasiada anticipación y/o de forma imperiosa o precipitada, como sucede en niños que van a guarderías o escuelas maternales en donde se "exige" para su admisión el control de esfínteres.
Tratamiento
– Bebés. El tratamiento inicial es la administración de zumo de naranja en ayunas. No importa la edad, ya que el bebé puede tolerarlo perfectamente.
– Lactantes. Se puede intentar que la madre tome alimentos ricos en fibra, verduras y frutas, ya que a través de la leche materna se pueden eliminar sustancias que pueden actuar como laxantes para el lactante. Una cucharadita de miel antes de la tetada puede dar resultado. Si el lactante toma papillas, se pueden hacer ligeros cambios empleando leche con adición de fibra soluble (harina de semilla de algarrobo) y/o cereales a base de avena en sustitución de los cereales que tome habitualmente. Aunque tenga escaso contenido en gluten, se aconseja que la avena se emplee tan sólo a partir de los seis meses. Si el paciente afecto de estreñimiento toma productos codeínicos, se aconseja suspender la medicación.
– Medidas de tipo dietético. Serán prioritarias en el manejo del estreñimiento, tanto en lactantes como en niños mayorcitos. Hablamos de dietas ricas en fibra (verduras, legumbres, cereales, harinas integrales y frutas), restricción de alimentos astringentes y de la limitación en la cantidad de leche de vaca, todo lo cual puede dar buenos resultados.
– Tratamiento farmacológico. Se aplicará si no responde a las medidas dietéticas. Sustancias llamadas higroscópicas (agar, ciruelas, jarabe de manzana) o laxantes suaves pueden ser administrados bajo consejo médico. En casos de apuro y para evitar bolos fecales –llamados también impactos fecales–, se pueden emplear supositorios de glicerina o similar, enemas de solución jabonosa o microlavativas que se expenden en farmacia.

Promovemos el packaging responsable y la economía circular
Un sencillo gesto puede ayudarte a conseguir el extra de vitamina D que ayuda a tus defensas
Un solo vaso de leche puede marcar la diferencia en nuestra dieta diaria, ayudándonos fácilmente a alcanzar las ingestas recomendadas. Con un solo vaso de leche adaptada enriquecida en el desayuno podemos cubrir hasta el 75% de la Cantidad Diaria Recomendada de vitamina D.

Atención al consumidor
900 100 515
Lunes a Jueves 8:30h a 18h
Atención al consumidorViernes 8:30h a 15:45h
Formulario de contacto
formulario de contactoNuestras oficinas
Nuestras oficinas