Cereales el primer alimento sólido en la dieta del bebé

Cereales: primer alimento sólido en la dieta del bebé

Prof. Dr. D. Juan Antonio Molina Font, Catedrático de Pediatría, Universidad de Granada.

A partir de los cuatro meses (no hacerlo antes) suele iniciarse la alimentación complementaria. Las harinas o papillas de diversos cereales sin gluten constituyen el primer alimento sólido que se introduce en el bebé. Los cereales son el primer alimento que se introduce: son de fácil asimilación y aportan gran cantidad de energía.

Antes de los 6 meses sólo deben utilizarse harinas sin gluten: arroz, maíz y soja.

 

 

Hasta los 5-6 meses, sin gluten

Los cereales son el primer alimento que se introduce, ya que son de fácil asimilación y aportan gran cantidad de energía. Las harinas de diversos cereales (trigo, arroz, avena, centeno y maíz) constituyen la base de las clásicas papillas dulces.

Las harinas son ricas en almidón, polisacárido cuya hidrólisis libera dextrinomaltosa, maltosa y glucosa, siendo por tanto una importante fuente de energía. El contenido proteico es escaso y de valor nutritivo bajo, incluido el gluten, cuya administración precoz puede favorecer la aparición de celiaquía. Por ello, antes de los 6 meses sólo deben utilizarse harinas sin gluten (arroz, maíz y soja). Contienen una proporción relativamente alta de ácidos grasos esenciales (0,5-1 gr/100 gr.) y de algunas vitaminas (tiamina).

Las harinas son muy bien aceptadas por los lactantes, pero debe tenerse siempre presente su carácter de alimento desequilibrado y que, tomadas con exceso, conducen a trastornos nutritivos. Sólo en casos especiales se utilizarán antes del tercer o cuarto mes (necesidad de espesar el alimento, etc). Se preferirán harinas predigeridas cuando su introducción deba ser precoz, puesto que la amilasa pancreática, que digiere el almidón, no está desarrollada antes del cuarto mes de vida.

 

A partir de los 5-6 meses, ambas

La harina se aconseja actualmente sin gluten antes de los 6 meses, y después la de trigo, cuando la función digestiva es normal; la de arroz, si hay tendencia a la diarrea; y la de avena, si hay tendencia al estreñimiento. También son aconsejables las mezclas de varios cereales. Con frecuencia se utilizan las harinas del comercio, que suelen unir a estas ventajas los suplementos vitamínicos y minerales y el ser a menudo precocidas. Muchas son harinas lacteadas por llevar mezclada la cantidad necesaria de leche, así como de azúcar, de modo que no hay más que diluir en agua templada.

Para la dosificación es preciso seguir las instrucciones de cada preparado, recordando, como en toda alimentación del lactante sano, la frecuente necesidad actual de dar raciones superiores a las calculadas como fisiológicas.

Antes de los 4 meses es prudente comenzar con una harina sin gluten hervida en casa, si este complemento es imprescindible. Se ha recomendado la suplementación de los cereales con hierro por el riesgo de ferropenia que tiene el lactante a partir del cuarto mes de vida.

 

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Y el pan, ¿cuándo? El pan se digiere poco, sobre todo sin hervir. Las madres lo suelen dar a los lactantes mayorcitos en forma de "sopas de ajo", pan cocido, sopas de pan, etc., que muchos pequeños aceptan bien. En lugar de trozos de pan para mordisquear, son preferibles las galletas en todos los sentidos. Los fideos y pastas, como el pan, son preferibles a partir del año de edad.

 

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