Desarrollo psicomotor en los primeros meses

Desarrollo psicomotor en los primeros meses

Dª. Trinidad Aparicio Pérez. Psicóloga. Especialista en infancia y adolescencia.

El bebé crece y se desarrolla a un ritmo muy rápido durante los primeros meses. En su desarrollo psicomotor experimenta un gran avance en el que los padres pueden ayudar con la estimulación.

¿Qué es el desarrollo psicomotor?

Durante esta etapa se produce un crecimiento rápido y acelerado

El desarrollo psicomotor es el que va a permitir a la persona conocerse a sí misma con relación a su entorno para adaptarse al medio que le rodea. Gran parte del desarrollo motor del niño se lleva a cabo siguiendo una secuencia, sigue siempre la misma dirección y tiene características similares en todos los niños que tienen un desarrollo normal.

Durante esta etapa se produce un rápido y acelerado crecimiento. El aumento de peso en los primeros meses es muy rápido llegando hasta duplicarse. El desarrollo de los músculos se produce de forma gradual hasta adquirir, poco a poco, un buen control de ellos.

Existen dos tipos de desarrollo motor:

Motricidad gruesa: es el desarrollo de los músculos grandes y permite movimientos como rodar sobre sí mismo, agarrar una pelota, abrazar, correr, etc.

Motricidad fina: es el desarrollo de movimientos de la mano, de la coordinación ojo y mano, etc. y permite, por ejemplo, agarrar una llave, tocar un punto de un objeto, y será la que más tarde le permita actividades como escribir.

 

Psicomotricidad gruesa

A las primeras semanas de nacer, el bebé puede mover la cabeza de lado a lado cuando está tumbado boca arriba. A medida que van pasando las semanas podrá conseguir levantar la cabeza cuando está boca abajo, más adelante podrá mantener la cabeza erguida cuando alguien le sujeta, y a los pocos meses podrá elevar la cabeza cuando esté tumbado boca arriba.

A los dos o tres meses empiezan a rodar sobre sí mismos, pueden agarrar objetos como un sonajero, un aro... pero no los pueden aún sujetar de forma voluntaria. A medida que van creciendo van adquiriendo cierto control sobre los movimientos.

A los cinco meses pueden sentarse sin apoyarse y a los siete pueden sentarse sin ayuda. A los seis meses pueden ponerse de pie si alguien les ayuda y alrededor de los diez meses pueden soltarse y ponerse solos de pie.

 

Psicomotricidad fina

Durante las primeras semanas les gusta mirar a su alrededor de forma adaptativa. Es cuando se empieza a desarrollar la coordinación oculo-manual y la habilidad para agarrar o tocar objetos que se pueden ver.

 

Cómo estimular el desarrollo psicomotor

Es muy importante aclarar que las habilidades motoras se van desarrollando una vez que el niño ha alcanzado cierta maduración neurológica. Por consiguiente, es difícil acelerar el desarrollo psicomotor, lo que sí se puede hacer es favorecer que el desarrollo del niño se produzca de manera normal, y para ello es muy importante que el niño esté bien alimentado, tenga buena salud, se le facilite un entorno donde tenga libertad para moverse y desarrollar sus habilidades etc.

No se trata por tanto, de enseñarles destrezas motoras básicas como caminar, gatear, agarrar, etc., sino proporcionarles y facilitarles el espacio necesario para realizarlo. Se ha demostrado que los niños que viven en un ambiente deficiente y pobre en estímulos suelen presentar retraso en todas las áreas del desarrollo. Así, por ejemplo, no sacarles a pasear, sujetarles el biberón en vez de dejarlos que lo hagan ellos solos, tenerlos la mayor parte del tiempo tumbados o sentados sin permitirles moverse, no jugar con ellos o no proporcionarles juguetes puede producir retrasos importantes en el desarrollo evolutivo del niño.

 

Actividades para estimular el desarrollo

Las actividades más recomendadas son:

1. Ejercicios de relajación para conseguir que el tronco y las extremidades adquieran flexibilidad. Estos ejercicios se pueden realizar después del baño o antes de ir a dormir durante unos 10 minutos. Consisten en acariciarle la espalda, la barriguita, hacerle mover las piernas y los brazos e intentar que chapotee. Es un buen momento para hablarle y sonreírle. Para el bebe, escuchar la voz de su madre le da seguridad y protección.

2. Otra forma de relajarlo es colocar al niño encima de una alfombra de goma o espuma y moverle suavemente los hombros, cruzarle los brazos, hacerle sentir sus manos, dedos, moverle las piernas, articular las rodillas, conseguir que estire las piernas y muslos. De esta forma va a sentir el contacto de su propio cuerpo.

3. Jugar con un rodillo (tuvo cilíndrico de goma espuma): se coloca al niño encima del rodillo y mirando hacia abajo. Los ejercicios consisten en sujetar al niño de los muslos y la pelvis y empujarle suavemente con movimientos de vaivén.

4. Jugar con muñecos de tela o goma, sonajeros, llaves, mordedores, cuentos de tela, alfombras que tienen objetos para realizar actividades manipulativas.

5. Colocar cerca de la cuna objetos que se muevan y pueda seguir con la vista.

6. Jugar con un balón de goma: hacer que el niño se apoye con las manos en el balón, mover el balón de un lado a otro para que el niño intente cogerlo, etc.

7. Hacerlo rodar sobre sí mismo muy suavemente.

Saber más

A medida que el niño va desarrollando la habilidad de moverse por sí mismo se va dando cuenta de que su comportamiento tiene un efecto en su propio mundo, comprueba que los objetos y las personas se ven de distinta forma (más cerca, más lejos, de frente, de espalda, etc.) según se vaya moviendo. Tiene percepción y sensación de dominio de su entorno y esto le produce seguridad y confianza en sí mismo.

 

 

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