El papel de los abuelos en la crianza

La imposibilidad de compatibilizar los horarios de los padres con los de sus hijos ha provocado que el papel de los abuelos en la educación sea cada vez más importante. Las relaciones intergeneracionales dentro y fuera de la familia se han mostrado muy enriquecedoras para el desarrollo personal, social y afectivo de los niños.

La mayoría de las familias en las que trabajan tanto el padre como la madre suelen encontrar dificultades para conciliar su vida familiar con la profesional. En esta situación, el problema que se plantea es elegir a la persona adecuada para cuidar de los niños mientras ellos trabajan. Muchas familias optan por confiar este cuidado de los niños a los abuelos, lo que supone un importante ahorro económico y la garantía de que los niños recibirán un trato lleno de cariño y afecto.

En este contexto, las relaciones intergeneracionales adquieren especial relevancia e inciden positivamente en el desarrollo personal, social y afectivo de los ancianos, adolescentes o niños involucrados en la convivencia.

El papel de los abuelos en la crianza de los niños

Ante todo, la ayuda prestada por los abuelos ha de ser totalmente voluntaria. Hemos de tener muy en cuenta su edad, estado de salud y sus limitaciones y no abusar de ellos. De lo contrario, podrían sentirse explotados y sufrir situaciones de estrés y agotamiento físico.

Tener en cuenta además que ellos también tienen vida social y no podemos ni debemos permitir que renuncien a ella por cubrir nuestras necesidades. Si los abuelos deciden ayudar, hay que hacerles saber cuánto tiempo y con qué frecuencia será necesario que echen una mano. Pequeñas ayudas en la atención de los niños, como recoger a los nietos a la salida de la guardería o del colegio, llevarlos a pasear al parque, darles de comer o cuidarlos mientras echan la siesta son de gran utilidad y no exigen grandes esfuerzos.

Establecer acuerdos con los abuelos a la hora de cuidar de nuestros hijos

Por otro lado, es fundamental establecer acuerdos con respecto a las normas y la educación de los niños. Deben ponerse límites y es conveniente que ninguna de las partes desautorice a la otra delante del niño.

Los abuelos sienten una gran satisfacción cuando comparten el cuidado de sus nietos, además se sienten útiles y activos. Esta colaboración repercute positivamente tanto en ellos como en el niño.

Es una experiencia muy enriquecedora para ambos.