Como distribuir los alimentos en los niños de 1 a 3 años

Dra. Dª. Ana María Haro García, Farmacéutica y Tecnóloga de los alimentos.

 

La alimentación es uno de los factores más influyentes para conseguir un adecuado crecimiento y desarrollo de los niños. Adquirir unos hábitos alimentarios saludables durante la infancia es fundamental para promover la salud y prevenir enfermedades en la edad adulta.

 

Los hábitos alimentarios se establecen y adquieren en la niñez temprana, a partir del segundo año de vida; se consolidan antes de los 10 años y persisten, en gran parte, en la edad adulta. Los niños adquieren los hábitos alimentarios imitando a los mayores, de ahí la importancia del papel de los padres y educadores en la educación nutricional de los niños.

En esta primera etapa, el niño comienza a desarrollar su personalidad, aprende a comunicarse, empieza a andar, a moverse libremente y a escoger los alimentos que quiere comer. En esta edad, los niños aprenden a masticar y es necesario enseñarlos a hacerlo correctamente, dándoles pequeñas cantidades de comida, con paciencia y tiempo, que ensaliven bien, incluyendo poco a poco alimentos con texturas diferentes.

La dieta cuanto más variada, más equilibrada. Una dieta variada y equilibrada permite al niño conocer diferentes sabores, texturas, colores, a la vez que satisface sus necesidades nutricionales. Un plato bien preparado, alternando distintas técnicas culinarias y presentaciones, despierta la curiosidad e interés del niño y es una buena manera de introducir nuevos alimentos a la par que estimula sus ganas de comer.

 

Recomendaciones generales

Se aconseja que los niños realicen cinco comidas a lo largo del día: 3 comidas principales (desayuno, comida y cena) y 1-2 ligeras colaciones (merienda y media mañana).

 

Recomendaciones específicas niños/as de 1 a 3 años

La ingesta recomendada de energía en niños de 1-3 años es alrededor de 1300 kilocalorías, repartidas de forma equilibrada a lo largo del día en cinco comidas: 25% desayuno y media mañana, 30% comida, 15% merienda, y 30% cena.

El desayuno es una de las comidas más importantes del día y, sin embargo, sólo un 5% de los niños españoles realiza un desayuno completo, que debe incluir lácteos, cereales y frutas:

Lácteos: leche (mejor opción) o queso no graso, yogur o cuajada. Si se le da leche materna o de continuación, se recomienda seguir con ella hasta los 3 años.

Cereales: pan (mejor opción), bizcocho casero, cereales de desayuno (preferentemente integrales y no azucarados). El pan se puede acompañar con aceite de oliva (mejor opción), mermelada, mantequilla o margarina (ambas sólo ocasionalmente).

Frutas: una pieza de fruta entera (mejor opción) o zumo natural.

A media mañana y en la merienda se aconseja darles pequeñas cantidades de alimentos para evitar que pierdan el apetito en la comida o en la cena. Se puede ir variando cada día, eligiendo entre fruta (mejor de temporada) o lácteos (yogur, queso no graso, cuajada) o un bocadillo pequeño de jamón cocido, pechuga de pavo o pollo, o queso no graso.

La comida del mediodía y la cena podrá incluir una ración de carne o pescado. Como primer plato de manera alternativa se consumirán legumbres con verdura, verduras con patata y arroz/pasta.

La cena ha de ser ligera y servir para equilibrar la alimentación de todo el día. En la cena se introducirá, preferiblemente, una ración de pescado; alternar con queso algún día, dos/tres días a la semana huevo y un día a la semana pavo o jamón serrano bajo en sal o jamón cocido acompañados de verduras o lácteos (yogur, cuajada).

Las comidas se acompañarán de pan blanco o integral (de panadería), 20 g por ración (60 g diarios). Se aconseja el consumo preferente de aceite de oliva en lugar de otros aceites o grasas de adición (mantequilla, margarina, etc.); reducir el consumo de sal, utilizando, a ser posible, la sal yodada; y moderar el consumo de productos de bollería industrial, chucherías, helados, snacks salados (patatas fritas, "ganchitos") por su riqueza en grasa saturada (aceite de coco y palma), grasas hidrogenadas, ácidos grasos trans y colesterol, además de por su exceso en azúcares y sal, alto contenido energético y escaso valor nutritivo.

Si el niño come en la guardería, habrá que conocer su menú para poder complementar su dieta con el resto de comidas que realiza en casa. Se debe evitar la monotonía en los menús, haciéndolos más atractivos a la vista, alternando distintas formas de elaboración. Nunca se deben ofrecer los alimentos como recompensa o castigo.

Saber más

Es necesario inculcar a los niños unos buenos hábitos de higiene, acostumbrarlos a lavarse las manos antes de comer y a cepillarse los dientes después de comer. La comida debe hacerse en un ambiente distendido, sin prisas, evitar la televisión, para que los niños coman tranquilos, ensaliven y mastiquen bien los alimentos, acostumbrándose a los distintos sabores y texturas. Es recomendable estimular en el niño la práctica de una actividad física apropiada a su edad (jugar, pasear, caminar...).

 

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