niño aprendiendo a nadar

Aprender a nadar

Puleva

La natación es uno de los deportes más completos que existen, pero además puede ser una herramienta muy útil en ocasiones de peligro. Por tanto, aprender a nadar se convierte a veces en una necesidad y es preferible que se haga cuanto antes.

Es importante que los niños aprendan a nadar cuanto antes.

El miedo al agua

El primer paso para aprender a nadar es perderle el miedo al agua y, a la vez, aprender a respetarla. Los profesores de natación llaman a esta etapa "adaptación al medio", ya que no sólo implica "quitarse" el miedo sino también aprender a respirar, a agarrarse de los bordes y a concienciarse sobre los riesgos que representa. Esta etapa puede durar un tiempo que dependerá de cada uno, sin importar la edad, aunque cuanto antes empecemos, mejor.

Lo ideal es no forzar a nadie y respetar los tiempos de cada uno. Si queremos ayudar a un amigo a quitarse el miedo, debemos tener en cuenta que tirarlo violentamente al agua o sumergirle la cabeza por la fuerza no le ayudará. El susto le provocará un mayor temor y le costará aún más aprender a nadar.

 

Al meternos en el agua

Cuando nos metamos en el agua, lo haremos en lugares poco profundos, de manera que sólo cubra un poco más arriba de la cintura. Es necesario serenarse y procurar que la respiración sea acompasada, sin acelerar el ritmo y sin retener demasiado el aire en los pulmones. Esa contención de la respiración genera fácilmente el miedo, que es lo primero que debemos evitar.

Debemos evitar que las manos y los brazos permanezcan en el aire. Una vez que se ha entrado en el agua, deben introducirse dentro de ella. Esta medida será muy eficaz para la estabilidad. Si estamos aprendiendo en una piscina, nos agarraremos al borde de la misma con las dos manos y lentamente conseguiremos que el cuerpo tome la posición horizontal. Si se trata de la playa o del río, apoyaremos las manos en el fondo (siempre muy cerca de la orilla, para que no nos cubra) para conseguir la posición horizontal. Poco a poco se irá levantando el cuerpo hasta la que el cuerpo flote.

 

La respiración al nadar

Una vez que se ha conseguido la posición horizontal, lo que más nos debe preocupar es ir adquiriendo el hábito de la respiración y el ritmo necesario, factor primordial para cuando inicie las primeras brazadas. Ha de girarse la cabeza a derecha o izquierda, según le resulte más cómodo, sin apresuramientos y sin mover mucho los hombros.

Se absorbe el aire por la boca, buscando inspiración más profunda. Dicha inspiración se efectúa cuando la boca está colocada en la parte más alta. Una vez girado el cuello, y para facilitar la penetración del aire, se levanta en lo posible la mandíbula inferior, llevando la barbilla hacia la superficie del agua. Una vez que los pulmones han recibido una buena cantidad de aire, se agita la cabeza hasta tomar la posición de frente al agua y con la cara ligeramente levantada, se expulsará lentamente el aire por la nariz.

No es difícil que en las primeras prácticas el principiante se sofoque al no efectuar correctamente el ejercicio de nadar; si esto sucede, pararemos, nos pondremos en pie e intentaremos recuperar el ritmo respiratorio. Una vez conseguido, podremos continuar. Es importante abrir correctamente la boca, lo que evitará la sofocación y el temor consiguiente, pues se debe saber que éste es el primer enemigo de la natación.

 

Formas de nadar y estilos

Existen cinco estilos reconocidos que se han ido perfeccionando desde finales del siglo XIX. Estos son:

 

1. Crawl (o estilo libre), cuya primera versión la dio el nadador inglés John Arthur Trudgen en la década de 1870. Es el estilo de nadar que permite mayor velocidad, dado que pone en movimiento, de forma continuada, brazos y piernas en una alternancia rítmica que no deja espacios vacíos.

En este estilo, uno de los brazos del nadador se mueve en el aire con la palma hacia abajo dispuesta a entrar en el agua, y el codo relajado, mientras el otro brazo avanza bajo el agua. Las piernas se mueven de acuerdo a lo que en los últimos años ha evolucionado como patada oscilante, un movimiento alternativo de las caderas arriba y abajo con las piernas relajadas, los pies hacia adentro y los dedos en punta. Por cada ciclo completo de brazos tienen lugar de dos a ocho patadas oscilantes. En este estilo de natación es muy importante respirar adecuadamente. Se puede tomar una respiración completa por cada ciclo de los brazos, inhalando por la boca al girar la cabeza a un lado cuando pasa el brazo y exhalando después bajo el agua cuando el brazo avanza de nuevo.

 

2. Espalda, que lo utilizó por primera vez el nadador estadounidense Harry Hebner en los Juegos Olímpicos de 1912. La espalda permite mayor velocidad que la braza, ya que pone en movimiento, brazos y piernas, recuperándose los brazos por fuera del agua. Por la mayor dificultad de coordinación de los movimientos y por la mayor resistencia al agua que proporciona la posición del cuerpo, no es tan rápido como el crawl. Para el aprendizaje del movimiento de las piernas de espalda en seco, la posición será de semitumbado boca arriba, apoyado en el suelo con el cuerpo y los brazos unidos por las manos y estirados por encima de la cabeza. Manteniendo las piernas juntas y rectas, y un poco elevadas del suelo, realizaremos entonces un movimiento alterno con las piernas completamente rectas.

La cabeza ha de mantenerse siempre fuera del agua y la respiración deberá tener una coordinación con la brazada. La coordinación de este estilo consistirá en mantener la cabeza extendida con la espalda y la barbilla en la misma línea. Las caderas deben estar lo más cerca posible de la superficie. Las piernas deberán batir seis veces por cada ciclo completo de brazos.

 

3. Braza, que es el estilo más antiguo, conocido desde el siglo XVII. En este estilo, el nadador flota boca abajo, con los brazos apuntando al frente, las palmas vueltas, y ejecuta la siguiente secuencia de movimientos horizontales: se abren los brazos hacia atrás hasta quedar en línea con los hombros, siempre encima o debajo de la superficie del agua; se encogen las piernas para aproximarlas al cuerpo, con las rodillas y los dedos de los pies hacia afuera, y luego se estiran con un impulso al tiempo que los brazos vuelven al punto de partida, momento en el cual comienza de nuevo todo el ciclo. El nadador exhala debajo del agua. Las brazadas deben ser laterales, no verticales. Este es un punto muy importante y debatido en la natación de competición.

 

4. Mariposa, desarrollado en la década de 1930 por Henry Myers y otros nadadores estadounidenses y reconocido en los años 50 como estilo independiente. El estilo mariposa es quizá el más difícil de los estilos de natación porque requiere gran fuerza y coordinación. Los nadadores de mariposa deben dar dos golpes de piernas por cada brazada y tener un gran sentido del ritmo. El esfuerzo se traduce en velocidad: el estilo mariposa es casi tan rápido como el estilo libre. La técnica consiste en llevar los dos brazos juntos al frente por encima del agua y luego hacia atrás al mismo tiempo. El movimiento de los brazos es continuo y siempre va acompañado de un movimiento ondulante de las caderas. La patada, llamada de delfín, es un movimiento descendente y brusco de los pies juntos.

 

5. Braza de costado, que fue el estilo básico en los primeros años de competición, pero que hoy sólo se utiliza en la natación no competitiva. A pesar de que es difícil realizarlo de forma correcta, el estilo de costado es muy eficiente porque permite que el nadador recorra mucha distancia sin cansarse. Tiene muchos usos en la natación no competitiva. Es muy útil como técnica salvavidas.

Además, como no exige tanto rendimiento físico como otros estilos, es apropiado para largas distancias. También es popular para la natación de recreo porque la cabeza siempre permanece fuera del agua. El nadador flota sobre uno de los dos costados de su cuerpo y mueve los brazos alternativamente. El brazo que está debajo del agua da impulso hasta la altura de la cabeza, asoma y vuelve a la cintura; el brazo que está encima cruza la cintura y luego da impulso otra vez hasta el pecho. Las piernas se abren despacio y luego se contraen bruscamente, dando una patada de impulso tipo tijeras antes de estirarse del todo.

 

 

 

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