Leche con calcio e isoflavonas de soja

Hoy en día, las nuevas tecnologías aplicadas en la industria de lácteos permiten la innovación continua y la aparición de una nueva generación de productos de valor añadido que se pueden obtener de la leche a través de distintos procesos industriales, y que permiten cubrir los diferentes hábitos e intereses nutricionales de la población. Entre la línea de productos novedosos se encuentra la leche con calcio e isoflavonas.

La leche con calcio e isoflavonas entra en la filosofía de los alimentos funcionales y, como tal, proporciona una ventaja saludable que va más allá de sus propiedades nutricionales.

Se trata de un preparado lácteo que contiene todos los componentes básicos de la leche fresca de vaca (aunque suele tener menos grasa, ya que suele tratarse de leche desnatada o semidesnatada), enriquecida en calcio en más de un 40% respecto a la leche normal, y en isoflavonas, con efectos saludables en la prevención de diversas enfermedades. Esta leche está especialmente adaptada para satisfacer las necesidades de la mujer adulta y, especialmente, para ayudar a mitigar los síntomas de la menopausia, reducir la osteoporosis y promover la salud cardiovascular.

Sin duda, los lácteos son la mejor fuente de calcio en la dieta y, a su vez, son unos excelentes vehículos para la aplicación de ingredientes funcionales.

El calcio

El calcio es un nutriente de gran interés para el organismo. Tiene un papel clave en la formación, crecimiento, consolidación y mantenimiento del esqueleto, donde está el 99% del calcio, mientras el 1% restante está presente en los fluidos extracelulares o tejidos blandos donde desempeña otras funciones, también importantes.

La leche por sí misma contiene unos altos niveles de calcio, alrededor de 1000 – 1200 mg/l, siendo un calcio especialmente biodisponible, debido a la presencia de caseinfosfopéptidos que facilitan la solubilidad del calcio y, por tanto, su mayor absorción.

Los ingredientes lácteos que se utilizan como fuentes de calcio en las leches enriquecidas en el mismo son el concentrado de leche, leche en polvo, fracciones de leche, tales como caseinatos y, a veces, se incorporan sales cálcicas.

Las isoflavonas

Las isoflavonas son sustancias de origen vegetal, de naturaleza polifenólica con estructura similar a la del estradiol (principal estrógeno), enclavadas dentro del grupo de fitoestrógenos. Esta similitud con el estradiol hace que sean capaces de unirse a los receptores de los estrógenos, las hormonas sexuales femeninas.

Observaciones previas

Los alimentos derivados de la soja suscitan un gran interés tras los resultados de estudios epidemiológicos que han constatado cómo las mujeres del sureste asiático manifiestan una menor incidencia de osteoporosis, lo que propició la hipótesis de que los fitoestrógenos de la soja podrían ser una alternativa muy válida para prevenir la pérdida de masa ósea asociada a la menopausia y aliviar los sofocos, típicos de esta etapa de la vida de la mujer. La osteoporosis postmenopáusica clínicamente se traduce en un incremento del riesgo de fractura y constituye un problema de salud pública.

Las isoflavonas adicionadas en este tipo de preparados lácteos, se añaden a través de un extracto obtenido de la soja. La soja es el alimento más rico en este tipo de compuestos. Las isoflavonas presentes en la soja son tres: genisteína, daidzeína y gliciteína.

Es muy importante establecer la dosis adecuada de isoflavonas para poder hablar de finalidad funcional de este tipo de preparados lácteos, sin dejar de ser una dosis segura. Algunos de los efectos beneficiosos atribuidos a la soja pueden estar relacionados con su aporte proteico y no con su contenido en fitoestrógenos y, en este sentido, conviene proseguir con las investigaciones.

Los efectos de las isoflavonas son sinérgicos, lo que quiere decir que si se administran de forma conjunta, se potencian sus acciones. Estudios científicos han demostrado que, en animales, los fitoestrógenos contribuyen a prevenir cánceres, reducen los niveles de triglicéridos y colesterol y previenen la pérdida ósea. En humanos, su consumo se relaciona con numerosos beneficios:

– Normalizan los niveles de estrógenos, sin efectos secundarios.

– Previenen las patologías cardiovasculares: elevan el colesterol HDL y disminuyen e impiden la oxidación del colesterol LDL.

– Poseen una acción antioxidante, anticancerígena, antiinflamatoria y antihipertensiva.

– Ayudan en la reabsorción del calcio en el hueso en el tratamiento de la osteoporosis.

– Mejoran el estado de la mucosa genital.

– Mejoran el metabolismo de piel, músculos y cerebro.

Es por esto que la leche con isoflavonas y calcio supone un beneficioso aporte extra de calcio y la incorporación de isoflavonas en su fórmula, la convierte en un producto muy recomendable en situaciones de déficit de estrógenos (menopausia), como en situaciones de exceso de estrógenos (síndrome premenstrual).

El calcio aportado en este tipo de preparados lácteos es fácilmente absorbible gracias a una adecuada relación calcio/fósforo, y a la presencia de lactosa y vitamina D (al tratarse generalmente de leche semi o desnatada suelen ir enriquecidas en este tipo de vitamina liposoluble), que favorecen su absorción. Las isoflavonas de soja, a su vez, ayudan a compensar la pérdida de estrógenos.

En un estudio realizado con un producto lácteo enriquecido con isoflavonas de soja (50 mg/día) sobre la calidad de vida y el metabolismo óseo en un grupo de mujeres posmenopáusicas españolas, el consumo de isoflavonas de soja supuso una mejoría en su calidad de vida y cambios favorables en la masa ósea. El consumo diario de estos productos lácteos aumenta los niveles de 25-OH-vitamina D y supone un descenso de algunos marcadores del metabolismo óseo.