Raya común

Aunque el valor nutricional de la raya común no es especialmente deslumbrante, su valor gastronómico va cobrando importancia, gracias a la sencillez de su preparación y a su peculiar textura. Distribuida sobre todo por el hemisferio Norte, es la raya más abundante de las más de 400 especies que se conocen. Habitualmente es un pescado de poco valor que se atrapaba por error en la captura de otros ejemplares, pero se está empezando a descubrir en nuestras cocinas. .

Hábitat de la raya común

Son animales bentónicos (que viven sobre el fondo marino), es la raya más abundante en las costas ibéricas, tanto atlánticas, como en cantábricas o mediterráneas. En el océano Atlántico se encuentra desde el norte de Noruega, Mar del Norte y suroeste del Báltico, hasta la isla de Madeira. En el Mediterráneo, se extiende hasta el Mar Negro. Les gusta el calor del sol, por eso en verano pueden encontrarse cerca de la orilla a poca profundidad, aunque por lo general habitan alrededor de los 100 metros de profundidad.

Descripción de la raya común

Su esqueleto es cartilaginoso, como el de los tiburones, tienen el cuerpo aplastado y con forma más o menos romboidal que termina en una especie de látigo. Está armada con una serie longitudinal de aguijones en la línea media del dorso del cuerpo. Posee dos ojos en la parte superior del cuerpo y dos orificios nasales; la boca y las agallas están situados en la zona ventral.

Los dientes son romos en las hembras y ejemplares jóvenes y agudos en los machos adultos. El dorso del cuerpo es de color pardo con manchas claras bordeadas por una línea más oscura, que pueden ser regulares o no. El rostro es de color más claro, excepto las crestas de cartílago, que son de color oscuro.

Las rayas son ovíparas (ponen huevos), pero su reproducción es interna, los machos poseen dos apéndices copuladores. La fecha de puesta de los huevos varía, pero se suele producir entre finales del invierno y la primavera. La hembra pone hasta 20 huevos de unos 80 x 50 milímetros que están protegidos cada uno por una cápsula de color verdoso oscuro o marrón, con una hendidura para facilitar la respiración del embrión. El periodo de incubación es de 4 a 6 meses, los embriones miden unos 13 centímetros al nacer y maduran cuando alcanzan los 60 centímetros de longitud.

La raya común como alimento

Se conocen más de 400 especies de rayas, entre las que se engloban los peces sierra, guitarra, tembladeras, rayas, pastinacas... De todas ellas es la raya común la más conocida y apreciada por su calidad como alimento.

Es un pescado blanco, de importancia comercial relativamente alta, aunque en nuestro país su consumo no está muy extendido. Es uno de los peces de la bastina (pescados comunes que normalmente se desechan por su escaso valor), siendo uno de los más apreciados entre ellos por el aprecio que se le tiene a su carne.

Valor nutritivo de la raya 

La parte comestible de la raya son sus aletas, por lo que la porción comestible de este pescado representa aproximadamente un 55% (de 100 gramos de pescado se consumen realmente 55). Es un pescado blanco (de bajo contenido en grasa) que presenta pocas espinas aunque lo más cómodo, si queremos consumirla, es comprarla ya limpia.

Su valor nutritivo no es especialmente destacable. Aporta poca cantidad de grasa, por lo que puede ser un alimento más a incluir en dietas de control de peso o con restricción de grasas, su contenido en proteínas tampoco es elevado, pero son de alto valor biológico (con todos los aminoácidos esenciales).

En cuanto al aporte de vitaminas hidrosolubles, aporta en pequeñas cantidades algunas del grupo B como la B1 (tiamina), la B2 (riboflavina), la B3 (niacina) entre las que destaca esta última, necesaria para la conversión de los alimentos en energía y también para el correcto funcionamiento de la piel, músculos y nervios. Presenta también pequeñas cantidades de vitamina A y retinol, pero no es un aporte destacable en comparación con otros alimentos o pescados ricos en ésta.

La raya aporta también minerales entre los que podemos destacar, el potasio, fósforo, sodio, calcio y magnesio. De todos ellos la mayor cantidad la representa el potasio, seguido del sodio, por lo que aquellas personas que necesiten controlar el aporte de estos minerales en su dieta deberán tenerlo en cuenta.