Langosta

Dª. Mª Pilar Herrero Jiménez, Diplomada en Nutrición Humana y Dietética. Máster en Alimentación en el Adolescente y el Niño.

La langosta es uno de los crustáceos más admirados de nuestra gastronomía, indicativo de opulencia cuando se sirve pero que nos puede poner en un compromiso a la hora de comérnosla.

Se trata de un crustáceo decápodo, pariente cercano del bogavante, pero sin sus grandes pinzas. Su cuerpo es alargado y, aunque puede alcanzar los 50 centímetros de longitud, raramente supera los 35. Se pueden distinguir dos partes en el cuerpo de la langosta: la cabeza (cefalotórax) y el abdomen (cola).

La cabeza es espinosa y con el rostro pequeño, en el que destacan dos protuberantes ojos protegidos por estructuras espinosas. Tiene dos pares de antenas, que le sirven para ahuyentar a sus enemigos, para relacionarse y son su sentido del tacto.

El abdomen o cola de la langosta tiene forma de abanico y una coloración violácea o marrón, con manchas amarillas. Cuando los ejemplares son jóvenes, en vez de manchas, tienen una banda longitudinal amarilla en la parte superior del cuerpo.

Hábitat, costumbres y reproducción de la langosta

Se puede encontrar en fondos de coral o rocosos de costas escarpadas, a partir de los 40 metros de profundidad y, normalmente a menos de 100 metros, escondida entre las rocas, aunque en los meses fríos se desplaza a zonas más profundas.

Geográficamente, es frecuente encontrar langostas en los mares que bañan las costas británicas, africanas y Cuba.

La langosta es un animal nocturno, muy voraz, que se alimenta de cualquier cosa que sea susceptible de ser ingerida. Aunque sus preferencias son los moluscos y los crustáceos, también se alimenta de algas, restos orgánicos, gusanos y en ocasiones, carroña.

La época de reproducción de la langosta depende de la zona donde se encuentren, en el Mediterráneo va de septiembre a octubre, mientras que en el mar Adriático va de marzo a mayo y de agosto a septiembre.

La madurez sexual se alcanza a los 6 años de edad aproximadamente. La puesta se realiza en el agua, y las larvas resultantes sirven como alimento a otras especies, por lo que solo un pequeño número llegarán a ser ejemplares adultos.

Este hecho junto a la sobrepesca y la captura ilegal de los furtivos hace que la población no se recupere de una temporada a otra, algo que es más grave si cabe en algunas especies que realizan su puesta cada dos años.

Especies similares a la langosta

En nuestro mercado, la denominación de langosta (a secas), hace referencia a la langosta espinosa, pero hay otras especies que también consumimos bajo esta denominación.

  • Langosta rosa, de color más rosado y jaspeado de manchas, pero que se captura por debajo de los 200 metros de profundidad en el Mar Mediterráneo.
  • Langosta real o langosta verde, de color más verdoso, con una mancha blanca en cada segmento del abdomen. Ésta solo se encuentra en las costas española y francesa por encima de los 40 metros.
  • Langosta mora: Es más rosada y su cabeza es más grande que el cuerpo, habita por debajo de los 200 metros de profundidad en las costas africanas.
  • Langosta africana (o del cabo): su procedencia principal son las costas de Cabo Verde. En apariencia se puede llegar a confundir con la langosta mora, aunque su coloración predominante es la verdosa, con bandas más claras en el cuerpo y la cola, y sus antenas son más espinosas.
  • Langosta cubana: es bastante diferente al resto y su mercado principal es el congelado. Como su nombre indica, procede de las costas cubanas.

Valor Nutritivo de la langosta

Como otros mariscos, es un alimento con bajo contenido en grasas y con gran aporte de proteínas de alto valor biológico. Destaca de su aporte en vitaminas, la vitamina A y las del grupo B, importantes para el metabolismo proteico, conversión de los nutrientes en energía, etc. En cuanto a los minerales, los más representativos son el fósforo, potasio, magnesio, hierro, calcio y cinc, imprescindibles para el buen estado de huesos y dientes, la funcionalidad de los músculos, etc.

Saber más sobre la langosta

La langosta está emparentada con los cangrejos de río.

A pesar de su apariencia pesada, es capaz de nadar y realizar desplazamientos rápidos gracias a la contracción brusca de su abdomen.

Para poder crecer debe desprenderse del caparazón que la protege, lo que la hace momentáneamente muy vulnerable al ataque de los depredadores. El caparazón vacío resultante es ingerido por el propio animal, lo que le sirve para reponer el calcio de su organismo.

Para comprobar la frescura en el mercado, hay que fijarse en que la cola esté curvada hacia adentro, y que al cogerla, la chasquee de forma violenta.

La langosta más grande del mundo es de procedencia escocesa y tiene un peso superior a los 20 kilos.

Cuando migran, forman filas en las que un ejemplar toca con las antenas la cola del ejemplar que lleva delante, pudiendo formar filas de 100.000 ejemplares.

 

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