Dátiles

El dátil es el fruto de la palmera datilera (Phoenix dactylifera) y está íntimamente ligado a la historia, la cultura y la dieta de los pueblos islámicos. Sin embargo, dado su exquisito, delicado sabor y la amplia gama de usos que se le puede dar, el consumo del dátil hoy en día esta extendido a los países occidentales.

Su consumo se remonta a los orígenes de nuestras civilizaciones. Dado su aporte calórico y fácil conservación esta fruta acompañó a Moisés en busca de la Tierra Prometida, a las caravanas en la Ruta de la Seda y a los jinetes moros que conquistaron España. Y también sirvió de alimento para los soldados iraquíes en la guerra del desierto.

Con certeza no se sabe cuál es su origen, ya que estos árboles no crecen de manera espontánea, sino por plantación. Se cree que procede de Asia Menor, de donde se extendió hacia Asia, norte de África, España y, más recientemente, a California y Venezuela.

Presenta múltiples variantes, siendo las más conocidas y extendidas Sahidi, Medjool y Kadrawi. Es una planta esbelta que puede alcanzar 25-30 m de altura, con hojas pinnadas de color verde azulado, con flores masculinas de color crema y femeninas amarillas. Y con un fruto oblongo-ovoide, con más o menos de 3-9 cm de largo y 2,5 cm de diámetro, con una sola semilla; con carne y cáscara coloreadas en forma variada de amarillo, amarillo verdoso, anaranjado o rojo.

El dátil se cosecha de octubre a enero y, por tanto, sólo en esta época del año podemos consumir dátiles frescos. Los dátiles que nosotros podemos encontrar en nuestros supermercados proceden en su mayoría del Norte de África y normalmente son dátiles-pasas o confitados, dos formas de conservarlos y comercializarlos que prolongan su vida útil. También podemos encontrar en el mercado grandes dátiles oscuros procedentes de Israel y que han sido descongelados.

Debido a su riqueza en azúcares, el dátil se conserva magníficamente en congelación. Se pueden congelar a –20ºC. Además, este alto contenido en azúcares, favorece los procesos degradativos tras su cosecha, por lo que han de ser conservados en refrigeración, si no los congelamos, en botes de cristal herméticos y en un sitio oscuro y seco.

Se pueden consumir secos, congelados o frescos. Y pueden formar parte de postres, primeros y segundos platos o simplemente como tentempié. Para descongelarlos, se deben dejar en la nevera de 2 a 3 horas; por este tratamiento pierde parte de su textura crujiente, pero en cambio pierden muy poco sabor.

Valor nutricional de los dátiles

En cuanto a su valor nutritivo, cabe resaltar que el contenido energético del dátil seco es elevado (310 Kcal. por cada 100 gramos de parte comestible) porque mediante la desecación se reduce el contenido de agua (tan solo un 23,9 %) y se concentran los nutrientes, en concreto los hidratos de carbono sencillos. Por ello, los dátiles son una excelente fuente de carbohidratos (100 gramos de pulpa seca aportan de 55,5 a 64 gramos de carbohidratos), posee glucosa, levulosa y sacarosa, siendo estos azúcares naturales más sanos y nutritivos que el azúcar industrial. Además, es un buen aporte en fibra, posee 8,70 gramos por cada 100 gramos de parte comestible.

 

Un contenido proteico de 1, 88 gramos por cada 100 gramos de parte comestible. Es rico en triptófano que es un aminoácido esencial. Su contenido graso es mínimo, tan solo 0,5 %, y no posee colesterol. Contiene vitamina A, D (45 U.I por cada 100 gramos de parte comestible), C y del complejo B (B1, B2, B3, B5, B6, B9).

Entre los minerales destaca por su contenido en hierro (con 100 gramos de dátiles se satisfacen las necesidades diarias de este mineral), fósforo, magnesio (debido a la alta concentración de este mineral en las aguas subterráneas que irrigan los palmerales), potasio (650 mg por cada 100 gramos de parte comestible, cantidad que triplica a la del plátano) y calcio; además de poseer en menor cantidad sodio, manganeso, zinc, cobre, cromo y yodo.

Poseen también tiramina, que es una sustancia que provoca constricción de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar migrañas en personas propensas.

Los dátiles en relación con la salud

Es un alimento muy energético (por su contenido en hidratos de carbono) para los músculos y el cerebro, son ideales para ser tomados después de una gran caminata o un trabajo fuerte, así como para los niños y estudiantes por incrementar la agilidad y capacidad mental. Presenta la ventaja de mantener la sensación de saciedad durante más tiempo al poseer azucares de fácil asimilación que son liberados poco a poco, lo que hace que evitemos tomar chucherías, golosinas u otros alimentos entre comida y comida.

Por su contenido en vitamina B5, los dátiles ayudan más al rendimiento deportivo, además de actuar como pastillas anti-estrés. Asimismo, por su contenido en triptófano, es bueno tomarlos antes de ir a dormir: nos ayudará a conciliar el sueño y a prevenir el insomnio. Dado su contenido en vitamina B3, ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de presión arterial, así como a participar en la buena salud de nuestra piel y nervios  y a mantener nuestro aparato digestivo en buenas condiciones.

Los dátiles incrementan la micción y ayudan a tratar la retención de líquidos, la gota, la artritis y la hipertensión, pues aumentan la diuresis. Por su contenido en fibra, son buenos para combatir el estreñimiento, además de ayudar a disminuir los niveles de colesterol. Su alto contenido en hierro convierte a los dátiles en un suplemento ideal en dietas para tratamiento de la anemia ferropénica.

También presenta un efecto beneficioso para combatir la tos y otras afecciones respiratorias como la bronquitis y el asma, ya que ayudan a relajar los alvéolos pulmonares y a expulsar la mucosidad del aparato respiratorio.