Conejo - la carne rica en nutrientes

Carne de conejo

Dra. Dª. Ana Haro García, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos, Diplomada en Nutrición

La carne de conejo no es algo nuevo para los consumidores, ya que tradicionalmente ha formado parte de la dieta mediterránea. No obstante, su consumo cada día va ganando más adeptos conforme se van conociendo sus cualidades nutricionales y gastronómicas.

 

La carne de conejo aporta proteínas de alto valor biológico, con todos los aminoácidos esenciales necesarios en los distintos períodos de la vida.

 

Carne de conejo, rica en proteínas

La carne de conejo es una carne muy apreciada por sus propiedades nutricionales y organolépticas (sabor, aroma y textura). Se considera una carne magra o "blanca", no ya por su menor cantidad de mioglobina (proteína que da color a la carne), sino más bien por la cantidad y la calidad de su grasa.

  • Energía. Es una carne baja en calorías. Sólo aporta unas 130 kcal por cada 100 g.
  • Agua. El agua es su componente mayoritario y constituye un 72% de la misma. Este contenido en agua varía dependiendo de la raza y del tipo de alimentación que haya tenido el animal.
  • Hidratos de carbono. La carne de conejo apenas aporta hidratos de carbono.
  • Proteínas. Sin duda alguna, es su componente más destacable, desde un punto de vista nutricional. La carne de conejo aporta proteínas de alto valor biológico, que contienen todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita en los distintos períodos de la vida. Su contenido oscila entre 18 y 20 g de proteínas por cada 100 g de carne. Además, es una carne fácilmente digerible y muy tierna, debido a su bajo contenido en colágeno. Su contenido en ácido úrico y purinas es menor que el de otras carnes, como la de cerdo, vacuno, pavo o la de liebre, con las que a veces se compara. Por esta razón, la carne de conejo es muy recomendable para aquellas personas que tienen propensión a padecer de hiperuricemia y/o gota, debido a su menor contenido en ácido úrico y purinas.
  • Grasa. Se trata de una carne magra, con bajo contenido en grasa (no más de un 5%) y en colesterol. Su perfil lipídico es bastante equilibrado, con una menor proporción de grasas saturadas en comparación con otros tipos de carnes, por lo que se recomienda en dietas de prevención de la obesidad y enfermedades cardiovasculares. No obstante, su contenido graso puede variar en función de la especie, raza, edad, sexo o tipo de pieza a consumir y de la alimentación que haya tenido el animal.
  • Vitaminas. Destaca su riqueza en vitaminas del grupo B, como la vitamina B12, la niacina (B3) y piridoxina (vitamina B6), y en vitamina E, con propiedades antioxidantes, protegiendo a las células del envejecimiento.
  • Minerales. Aporta importantes cantidades de hierro, cinc y magnesio, y tiene un bajo contenido en sodio. Su hierro, en forma hemo, es fácilmente asimilable por el organismo. Su bajo aporte en sodio la hace más adecuada para personas con problemas de hipertensión.

 

La carne de conejo, aliada en la cocina

La carne de conejo es un alimento de gran versatilidad gastronómica y, por lo tanto, admite una amplia variedad de preparaciones culinarias. Se puede preparar asado, al horno, a la plancha, salteado, rehogado con verduras, estofado, cocido, marinado, guisado, confitado, frito... y bien puede participar como entrante o como parte integrante del plato principal, sólo o acompañado de guarnición. Casa a la perfección con multitud de hierbas aromáticas (laurel, perejil, tomillo, romero, eneldo, etc.) que, a su vez, potencian sus cualidades organolépticas, con frutos secos, setas, verduras, arroz, legumbres, etc.

Es muy importante elegir formas de cocinado saludables para disfrutar de una carne sabrosa, jugosa, sana y que, además, resulta económica, en comparación con otros alimentos. En la gastronomía española, hay un sinfín de recetas de platos donde el conejo está presente: conejo al ajillo, patatas guisadas con conejo, paella con conejo, conejo con caracoles, con almendras, con almejas, al limón, al romero...

A la hora de su compra, hay que tener en cuenta que el conejo, que se adquiere en las carnicerías, es de granja. Cuando se compre carne de conejo, conviene elegir ejemplares jóvenes, de tres a cinco meses de edad, que presenten el cuello corto, las rodillas redondas y abultadas, y de carne musculosa.

 

Conejo: recomendaciones nutricionales

Para la Sociedad Española de Arteriosclerosis, la carne de conejo puede ser consumida diariamente. Por su parte, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) recomienda 3-4 raciones a la semana de carnes magras, como la de conejo, alternando su consumo con otras carnes, como la de pollo, pavo o ternera.

La carne de conejo se integra perfectamente en el contexto de una alimentación saludable, por su composición. Baja en grasas y en calorías y alta en proteínas, la carne de conejo está especialmente recomendada para niños, adolescentes, personas mayores y grupos poblaciones con necesidades proteicas elevadas, como las embarazadas o los deportistas. Además, está indicada en personas con sobrepeso, anemia, hipertensión, colesterol alto, gota y personas con un sistema digestivo delicado, al ser una carne muy digestible y nutritiva.

 

Saber más sobre la carne de conejo

La carne de conejo se consume desde antiguo. El conejo era ya muy apreciado en la antigüedad por las distintas civilizaciones que habitaron la cuenca mediterránea. El término de Hispania, con el que los romanos denominaban a la Península Ibérica, proviene de un vocablo fenicio que hacía alusión a la misma como una "tierra rica en conejos". De hecho, los narradores romanos se referían a Hispania como península cuniculosa y en algunas monedas acuñadas en época de Adriano se representaba a Hispania como una dama sentada con un conejo a sus pies.

La carne de conejo era una de las más apreciadas y consumidas por la corte faraónica, especialmente en los grandes festejos. Formaba parte de sus rituales funerarios y era habitual incluirla como uno de los alimentos que acompañaban a la momia del difunto, para que le sirviera de alimento en el más allá.

 

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