Desarrollo emocional en los primeros días de vida

Desarrollo socioemocional en los dos primeros años de vida

Dª. Trinidad Aparicio Pérez, Psicóloga, Especialista en infancia y adolescencia.

Los bebés desde los primeros días de nacimiento ya mantienen algunas formas de comunicación e interacción social. No todos los bebés son igualmente sociables ya que sus primeras experiencias van a tener un papel muy importante en el desarrollo de la sociabilidad pero, ¿qué se entiende por conducta social a edades tan tempranas? ¿Cómo se va desarrollando con el paso del tiempo? ¿Qué se puede hacer para estimular socialmente al niño?

El vínculo afectivo se forma durante el primer año de vida y es fruto de la relación que se establece entre el niño y sus padres

 

¿Qué es la conducta social?

El proceso de socialización se inicia en el nacimiento y permanece a lo largo de toda la vida. Consiste en una interacción entre el niño y el mundo que le rodea. La socialización en los primeros años de vida se va a llevar a cabo a través de las personas que se encargan de satisfacer las necesidades del niño y de integrarlo en un grupo social. Entre estas personas cabe destacar la importancia de la madre, el padre, los hermanos, el colegio, los amigos, etc.

 

¿Qué avances se producen en esta etapa?

Desde las 4 a las 40 semanas los avances del niño son muy rápidos:

– Con 4 ó 6 semanas, el niño fija la mirada en el rostro que le mira y le habla, y ante la sonrisa de su madre se le ilumina el rostro y los ojos. Esto se puede considerar contacto social ya que la mirada y el contacto visual es una forma más de interacción. También consigue tranquilizarse cuando es acariciado, ya que responde a la sensación que le produce el contacto con otras manos.

– A las 16 semanas empieza a sentir interés por el rostro humano, reconoce a su madre y otros familiares que le hablan y le prestan atención. Sonríe ante el contacto visual con otras personas y suele ponerse serio o llorar ante personas desconocidas.

– Entre las 18 y 22 semanas empieza a hacer distinción entre sí mismo y los demás y está sentando las bases para tener una percepción más socializada de los que le rodean. Se anima cuando se acercan a cogerlo en brazos, cuando se le habla deja de llorar y atiende, agarra a su madre reclamándole su presencia, deja de mamar cuando oye a otras personas hablar, sonríe cuando alguien se inclina sobre su cuna para decirle algo e inicia sus contactos sociales sonriendo.

A partir de las 40 semanas, el bebe ya tiene perfectamente establecida una rutina diaria, una vez cubiertas todas sus necesidades ya está preparado para jugar y comenzar a tener contactos sociales y le gusta tener gente a su alrededor. En esta etapa, cuando se ve a sí mismo en el espejo, sonríe. Empieza a interesarse por otros niños de su edad, responde cuando se le dice "ven", "vamos", "¿dónde está mamá?"; ofrece juguetes a otros niño, imita algunos gestos, responde cuando alguien le dice "adiós", le agrada estar en compañía y suele llorar si se queda solo, participa en juegos con otros niños.

Con 1 año, el niño adquiere un importante papel social dentro de su familia y él percibirá que es el centro de atención. Tiene cierta tendencia a repetir aquello que ha sido reforzado. Es capaz de manifestar sentimientos como miedo, ira, simpatía y celos; se ríe ante determinados gestos y acciones de los demás, algunos ruidos y sonidos le resultan agradables o desagradables y tiene reacciones ante ellos. Ante la comida manifiesta ansiedad y alegría, y cuando ya está saciado de comer expresa gestualmente que no quiere seguir comiendo. Es capaz de realizar gestos para atraer la atención de los demás.

A los 15 meses, comienza a percibir las emociones de los demás. Percibe alegría, tristeza, tensión y ansiedad. Enseña sus juguetes a los demás y los ofrece para que jueguen con ellos. Imita a los mayores en tareas sencillas como coger los cubiertos, doblar la ropa... Acepta que sus padres no estén presentes para continuar jugando, repite las acciones que producen risa o atraen la atención de los demás.

Con 20 meses entrega un cuento para que se lo lean, puede jugar con dos o tres niños de su edad, comparte juguetes con otros niños, demanda la atención de los demás para enseñarles algún juguete o jugar con ellos.

 

Cómo estimular al niño

En los primeros años de vida el desarrollo afectivo es decisivo para un adecuado desarrollo social. El vínculo afectivo se forma durante el primer año de vida y es fruto de la relación que se establece entre el niño y sus padres. Los bebés que crecen en un ambiente de confianza, cariño y de seguridad desarrollarán un vínculo afectivo más estrecho y esto va a ser decisivo en sus posteriores interacciones sociales.

Actividades que se pueden realizar:

1. Que nos vea. Colocar al niño de forma que pueda ver lo mejor posible todo lo que le rodea. La madre puede pasear o moverse a su alrededor mientras le habla, sonríe, le explica las cosas que está haciendo, etc. Lo importante es atraer su atención y conseguir que esté pendiente de la actividad de los demás.

2. Aprovechar las actividades cotidianas. Mientras toma alimento, lo estés bañando, cambiando el pañal, etc. Son momentos muy propicios para intentar mantener el contacto ocular, hablarles, acariciarles...

3. En familia. En los momentos en los que la familia está reunida o charlando, se le puede sentar en una silleta o cogerlo en brazos e integrarle, hablarle, mirarle, sonreírle.

4. Señalar y nombrar. Sujetarle las manos y llevárselas a los ojos, la boca, la nariz, y distintas partes del cuerpo mientras se le dice "nariz", "boca"...

5. Mostrar y nombrar. Ofrecerle objetos y hablarles mientras se le dan, explicarles de qué se trata, para qué sirve, cómo se mueven...

6. Extender los brazos. Animar al niño a que extienda los brazos hacia personas que son conocidas para él.

7. Reconocerse en el espejo. La madre y el niño se miran en el espejo y la madre le dice "¿dónde está el bebé?", "¿dónde está mamá?", "¿dónde está la boca del bebe?", etc. En caso de que el niño no se reconozca, conviene agarrarle las manos y dirigirlas hacia sí mismo, hacia su madre, etc.

8. Decir adiós con la mano. Enseñarle a despedirse y despedir a los demás. Para ello se le puede pedir a la familia que muevan la mano para decir adiós cuando salgan de casa. Enseñarle a hacerlo cogiéndole la mano y movérsela haciendo el movimiento.

9. Jugar con otros niños. Animarle a que juegue con otros niños, llevarlo a los parques, invitar a niños de su edad a casa, organizarles juegos en grupo, etc. Y enseñarles a compartir sus juguetes con otros niños.

 

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